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Rajoy, Soraya y sus cábalas de Cataluña ante decenas de periodistas en Moncloa

Ambos ejercieron de anfitriones con la prensa en el tradicional encuentro navideño, esta vez pospuesto hasta enero por las elecciones catalanas. Y hablaron largo y tendido.

Rajoy rodeado de periodistas este martes en La Moncloa.

Publicado por
Charo Zarzalejos

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El presidente del Gobierno, la vicepresidenta, y los ministros de Justicia y Hacienda, fueron los principales anfitriones de la copa ofrecida este martes en La Moncloa. Cataluña, fue el tema recurrente en todos los corrillos, salvo en el de Cristóbal Montoro con quien el tema estrella fue el crecimiento económico “consolidado y espectacular de España”.

El nombre más pronunciado fue el de Carles Puigdemont y la decisión, sin vuelta atrás, es que “no será presidente de la Generalitat”. Lo afirman Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría y, por supuesto , el ministro de Justicia, que junto a la vicepresidenta estará especialmente alerta para que en Cataluña la legalidad no se vea, ni siquiera, rozada. “Puigdemont no va a ser president”, reitera una y otra vez el Gobierno.

Rajoy afirma estar sereno porque “los nervios hacen perder el tiempo y se tiene más posibilidades de cometer errores”.

El recurso será inmediato y el Ejecutivo solicitará -está facultado para ello- la suspensión inmediata de la decisión si es que llega a producirse. Esta suspensión no afectaría a los plazos políticos; es decir, no pararía el reloj del plazo previsto para celebrar unas nuevas elecciones. Este, en cualquier caso, finaliza el 31 de marzo.

Esta hipótesis, la de unas nuevas elecciones catalanas, se ve como la menos factible. La vicepresidenta no oculta su convicción de que “aunque sea en el ultimo momento llegarán a un acuerdo” y el Rajoy contempla tres posibilidades a la hora de designar un nuevo jefe del Ejecutivo: Puigdemont, que se recurriría de inmediato; un candidato que ya tenga sobre si algún tipo de procedimiento judicial o bien una persona que no ofrezca problemas de legalidad.

Rajoy no quiso especular sobre cuál de esta hipótesis ve más factible. “Eso lo tienen que decir ellos”. Lo cierto, y así lo corroboraron los ministros presentes, es que el Gobierno va a estar especialmente atento a cualquier movimiento y a la menor “habrá recurso de inmediato”. Lo que no se ve como inmediato es que Cataluña vuelva a la normalidad plena. “Habrá más de un día complicado”.

El presidente, midiendo sus palabras al milímetro, aseguró que cara a los presupuestos se está hablando con todos, con los que se pueden acordar y con los que se van a oponer. Montoro, más dicharachero, mostró su convicción de que habrá PGE para este año.

Rajoy afirmó estar sereno porque “los nervios hacen perder el tiempo y se tiene más posibilidades de cometer errores”. Aseguró salir satisfecho de la reunión de la Junta Directiva Nacional en la certeza de que “todos los que son del PP, entendieron perfectamente”.

Poco más. No deslizó ni nombres, y ni siquiera fechas para la designación de candidatos a los principales ayuntamientos españoles y nadie fue capaz de adivinar quién puede ser su jefe de gabinete, una vez que Jorge Moragas ha dejado el cargo.

En el ambiente flotaba un malestar evidente con Ciudadanos ante la negativa del partido naranja a ceder un diputado para que “haya una voz más del constitucionalismo en el Parlamento catalán”, máxime cuando el PP facilitó que el partido de Rivera obtuviera dos puestos en la Mesa del Congreso a los que en buena ley tenían derecho preferente tanto Podemos como el PSOE, así como la presidencia de tres comisiones.

De acuerdo con el recuento estricto de diputados, Ciudadanos, con 32 escaños, no hubiera tenido derecho a tener presencia en la Mesa del Congreso.

La atención del Ejecutivo continúa estando en Cataluña. De las negociaciones para aplicar el 155, Sáenz de Santamaría, aquejada de una fuerte conjuntivitis, aseguró que puede escribir un libro. De adelanto electoral, ni hablar. Es más, no está en absoluto previsto, sabiendo, eso sí, que por delante tienen un año que no va a ser fácil. “¿Qué dices? ¿un año? No hemos tenido ni un día fácil”.

El encuentro navideño en La Moncloa, ya bien entrado enero, sustituyó a la tradicional copa que en esta ocasión se suspendió dadas las circunstancias que se vivían en Cataluña. Por lo demás, el encuentro estuvo presidido por la austeridad y el trato amable de los distintos equipos y funcionarios de La Moncloa.

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