La profesora danesa que trituró a Puigdemont ataca de nuevo y le hunde más
Pese a haber recibido amenazas de muerte del independentismo radical, Marlene Wind no se calla. Y menos en un día como el de este martes, cuando el expresident pensaba que sería investido.
La de este martes es una nueva jornada negra para Carles Puigdemont, que se creía que iba a acabar el día habiendo sido investido presidente de la Generalitat por el Parlament. Hasta que Roger Torrent ha echado el freno.
Y para colmo de sus males se le ha vuelto a aparecer, y no precisamente en sueños, la profesora danesa que la semana pasada le desarmó en la Universidad de Copenhague, adonde había ido autoinvitado (la idea fue suya) a dar una conferencia.
Poco después de que Torrent anunciara el retraso sine die de la investidura, provocando así un terremoto en las filas independentistas, Marlene Wind aparecía en Twitter.
Y lo hacía para hacerse eco de un tuit que define al nacionalismo, más que como "el último refugio de los sinvergüenzas" (cita atribuida a Winston Churchill), como una ideología marcada por el "sentimiento de superioridad" sobre el resto de la gente. Es decir, supremacista.
Marlene Wind sigue siendo una de las mujeres más odiadas por el independentismo desde que trituró a Puigdemont y su discurso excluyente. "¿Le gustaría que en Europa hubiese 300 naciones con solo una identidad?", le espetó aquel día.
De hecho la directora del Centro de Política Europea de la Universidad de Copenhague ha desvelado en la emisora danesa Radio24Syv que a lo largo de la última semana ha recibido "amenazas de muerte", tanto telefónicas como en Twitter, donde los "trolls" independentistas siguen furiosos.
Según Wind, aunque sabía de la tensión que se respira en Cataluña, nunca pensó que iba a sufrir tales represalias por poner en su sitio a un político que en España "mantiene la prensa a distancia" para no enfrentarse a la verdad.
En esa y el resto de decenas de entrevistas que la profesora danesa ha concedido en los últimos ocho días ha seguido denunciando las tropelías de Puigdemont y sus socios.