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Emergencia: el Rey se prepara para el ingreso en prisión de Urdangarín

En la Casa Real trabajan con la hipótesis de que el 21 de marzo el cuñado de Felipe VI no se librará de la cárcel y ya ultiman un plan de contingencia para controlar los daños a la Monarquía

El Zarzuela dan por hecho que Urdangarín no se librará de la cárcel.

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"No salimos de una y entramos en otra". Entre la ironía y la resignación, con esta sentencia tan gráfica resume un funcionario del Palacio de la Zarzuela el sentir del Rey Felipe VI en estos dos últimos años, a caballo entre el largo bloqueo político e institucional tras las generales del 26 de junio de 2016 y el órdago independentista en Cataluña. Y a pesar de todo, se felicita en declaraciones a ESdiario, todas las encuestas premian el trabajo del jefe del Estado, valorado muy satisfactoriamente por los españoles.

Pero ahora, de nuevo, el entorno del Monarca tiene una fecha marcada en rojo en el calendario. Y se prepara ante el que puede ser el mayor incendio de su joven reinado. Será el 21 de marzo, cuando Iñaki Urdangarín acceda a la sede del Tribunal Supremo para la vista que debe resolver los recursos sobre la sentencia del caso Nóos.

La cita no es inocua para Zarzuela: está en juego el ingreso en prisión del esposo de la Infanta Cristina. Y lo que más teme la Casa Real, una campaña de acoso y derribo sin precedentes desde Podemos, Izquierda Unida y el independentismo catalán y vasco.

Por ello, el equipo que dirige el jefe de la Casa, Jaime Alfonsín, se ha puesto manos a la obra bajo dos premisas: el habitual "respeto escrupuloso a la decisión de la Justicia" y "máxima firmeza" en una arista que al Rey le queda pendiente, la presencia de su hermana en la línea de la sucesión a la Corona.

Ese 21 de marzo decisivo, Urdangarín se enfrenta al precipicio de su ingreso en prisión. Cabe recordar que la Audiencia Provincial de Palma condenó al cuñado del Rey a 6 años y 3 meses de prisión. Y a su socio, Diego Torres, a 8 años y medio. Ninguno entró en la cárcel a la espera del fallo de los recursos de las partes en el Supremo. La Infanta Cristina fue absuelta.

En un mes, Felipe VI está dispuesto a dar el golpe definitivo para cerrar una de las etapas más oscuras de la Jefatura del Estado.

Pero ahora, la Fiscalía exige para Urdangarín una pena de 10 años, 4 más de los que pesan ahora sobre su cabeza. Y, según recuerdan fuentes jurídicas a este diario, es costumbre en buena parte de las causas por delitos económicos que los magistrados asuman la petición del Ministerio Público. Es decir -es el escenario sobre el que trabaja Zarzuela-, el 22 de marzo sobre Urdangarín pesaría una orden de ingreso en prisión. Alerta roja, de nuevo.

Urdangarín y las infanta Cristina y Elena en una de sus últimas apariciones públicas: En fin de año, en Vitoria, con el líder del PP vasco, Alfonso Alonso.

El equipo del Rey es consciente -así se lo ha trasladado tanto el Gobierno como el CNI- que el posible ingreso en prisión de Urdangarín va a provocar una campaña sin precedentes contra la institución de la Corona. Pablo Iglesias y Alberto Garzón llevan meses inmersos ya en una labor de desgaste en este sentido. Y, además, la resolución del Supremo llegará menos de un mes antes de la celebración del Día de la República, el 14 de abril.

El equipo del Rey teme una campaña sin precedentes de acoso y derribo desde Podemos, IU y el independentismo si Urdangarín ingresa en la cárcel.

Felipe VI es sabedor de que estas semanas se va a volver a jugar el prestigio de la Monarquía y lo tiene claro. Si Urdangarín ingresa en la cárcel, "sí o sí" la Infanta Cristina deberá renunciar a sus derechos sucesorios. Y el Rey tendrá que enfrentarse no solo a su hermana, sino también a la alianza que ésta ha tejido con los Reyes Eméritos y la Infanta Elena. Pero habrá un cortafuegos que se llama "máxima contundencia".

Los servicios jurídicos de Zarzuela trabajan ya en esa hipótesis, conscientes de que el matrimonio Urdangarín se ha atrincherado. El 12 de junio de 2015, el Rey revocó el Ducado de Palma en una decisión sin precedentes en la historia de la Corona.

Y, en un mes, Felipe VI está dispuesto a dar el golpe definitivo para cerrar una de las etapas más oscuras de la Jefatura del Estado. Sabe que, sencillamente, en juego está la propia supervivencia de la Institución.