Un email y un "pinchazo" telefónico estrechan aún más el cerco contra Trapero
Un juez de Barcelona remite a Llarena las escuchas a los cerebros del 1-O. Y el exmayor de los Mossos sale mal parado. Salen a la luz también las revelaciones del coordinador de Interior.
Puede decirse que este miércoles no va a ser un buen día para el horizonte judicial del exmayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero. Y, además, en los dos tribunales que deben decidir su futuro procesal, la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo.
Y es que en ambos órganos judiciales hay nuevos testimonios y nuevas pruebas de cargo que, según fuentes jurídicas consultadas por ESdiario, van a llevar de nuevo a Trapero ante la juez que investiga los incidentes en la Consejería de Economía y Hacienda de la Generalitat el pasado 21 de septiembre, cuando la Guardia Civil detuvo al núcleo duro que organizaba el referéndum ilegal del 1-O. Y previsiblemente también, por primera vez, ante Llarena.
Por el despacho de la juez Carmen Lamela ha desfilado este miércoles como testigo el coronel Diego Pérez de los Cobos, coordinador del Ministerio del Interior para frenar la consulta. Y ha mantenido, como ya hizo ante el juez del Supremo, una clara incriminación del exmayor de los Mossos en los hechos acontecidos el 1 de octubre.
Y precisamente el mismo día en que el coronel Pérez de los Cobos tenía esta cita con Lamela, han trascendido los detalles de su declaración ante el magistrado Pablo Llarena. Según el acta de esa declaración, el mando de Interior reveló que el número dos de Trapero le envió un correo electrónico pidiendo refuerzos de Policía y Guardia Civil en la mañana del 1 de octubre, pero al que siguió otro que "corregía el anterior". Una fea jugada que provocó los primeros momentos de caos en la coordinación entre los Mossos y las FSE.
Pérez de los Cobos prestó declaración ante Llarena el pasado 1 de febrero. Según el acta de la misma, el coronel explicó que el Fiscal Jefe de Cataluña había considerado "insuficiente" el dispositivo que había organizado Trapero y éste se comprometió a mejorarlo. Pero no lo hizo.
La trampa de Trapero: envío un email reclamando el refuerzo de la Policía. Pero luego envío otro y revocó la petición.
De hecho, según el relato del coronel de la Guardia Civil fue en la misma mañana del 1 de octubre cuando tuvo conocimiento del plan de actuación de los Mossos y su actitud. Y descubrió así la trampa de Trapero: "sobre las 7 u 8 de la mañana llegamos a la conclusión de que el dispositivo que se había actuado era el mismo que la Fiscalía había recriminado al jefe de los Mossos como insuficiente".
De los Cobos y Trapero en la reunión que debía preparar el operativo contra el 1-O. Según el coronel, en el encuentro el exmayor le mintió.
El testimonio del coronel de la Guardia Civil fue demoledor. Desveló que los mossos desplegados se distribuyeron "de forma irracional, diseminada y atomizada en binomios de dos agentes", que además, estaban "aislados y sin vehículos". "Si sumamos todo eso no le cabe duda de que las instrucciones superiores de los Mossos estaban encaminadas a impedir el cumplimiento de las órdenes judiciales".
Pero al margen de este revelador testimonio de Pérez de los Cobos, Llarena cuenta desde este miércoles con nuevas pruebas incriminatorias contra Trapero. Se trata de unos pinchazos telefónicos autorizados en su día por el juez de Barcelona Juan Antonio Ramírez Sunyer entre el número dos de Oriol Junqueras, Josep María Jové, y el cerebro jurídico del procés, Carlos Viver.
En una de sus conversaciones, que la Guardia Civil pudo interceptar porque el juez les autorizó a pinchar el teléfono de Viver, este reconoció a su interlocutor que "eso de los Mossos puede derivar en cualquier cosa, porque Trapero había dicho que él no aceptaba". Según la Guardia Civil, Viver se refería a que el mayor de los Mossos no estaba dispuesto a aceptar la coordinación del dispositivo del 1-O a cargo del coronel Pérez de los Cobos.
Una prueba determinante para el delito de rebelión y sedición que pesa sobre Trapero. Su horizonte judicial se oscurece aún más.