Una mujer llamó al 091 en Palencia con información valiosa y hundió a Ana Julia
Una vez conocido que Gabriel murió asfixiado poco después de su desaparición, queda por aclararse el móvil del crimen que ha conmocionado a la sociedad española. Ella no era quien parecía.
El miércoles 7 de marzo una mujer llamó por teléfono al 091 en Palencia. Quería alertar a la Policía Nacional de que la señora dominicana que aparecía junto a Ángel Cruz, su novia, tenía una oscura historia en Burgos.
La mujer contó a los agentes el extraño episodio de la muerte de la hija de Ana Julia Quezada cuando sólo tenía cuatro años al caer desde un séptimo piso. Y les dijo que en el Gamonal, el barrio burgalés donde había vivido, nadie creyó que hubiera sido un accidente. Que no era trigo limpio.
Aquella llamada inquietó a la Policía, que investigó los antecedentes de la mujer que llamó por teléfono. Descubrieron, según fuentes consultadas por ESdiario, que tenía un trastorno bipolar. Pero que efectivamente esa niña, Ridelca Josefina Gil Quezada, había muerto en marzo de 1996.
Así que dieron plena veracidad a la llamada y la pusieron en conocimiento de la Guardia Civil, encargada de la investigación en torno a la desaparición de Gabriel Cruz. Por aquella muerte Ana Julia Quezada no fue detenida (no tiene antecedentes), pero sí investigada.
Para entonces, el miércoles pasado, los agentes ya tenían a la novia del padre de Gabriel como principal y casi única sospechosa. Y el hecho de que su hija hubiera muerto en extrañas circunstancias 22 años antes aportó a los investigadores nuevos indicios de que estaban ante una persona que no era en absoluto lo que parecía.
No había más que escuchar este lunes en Espejo Público a la hija de una antigua pareja de Ana Julia, Francisco Javier, contar cómo desvalijó a su padre cuando éste estaba ya muy enfermo. Hasta no hace mucho, de hecho, la familia ha estado pagando un crédito que él pidió para que la presunta asesina se hiciera un aumento de pecho.
Ana Julia a la salida del registro de su domicilio en Vícar. Imagen de La Sexta.
La autopsia confirmó este lunes que el pequeño Gabriel murió asfixiado el mismo día de su desaparición. Acabó con su vida en minutos. Ana Julia acompañó a los agentes por la tarde a un registro de la finca en la que escondió su cadáver hasta este domingo. Después, al de su domicilio en Vícar. A la salida le esperaba una multitud enfurecida que zarandeó el coche donde era trasladada al grito de "¡asesina!".
Queda por esclarecer aún el móvil del crimen, porque la detenida no está colaborando hasta ahora. Como ha venido contando ESdiario, dos son las principales hipótesis: los celos hacia un niño con el que no se llevaba nada bien o el móvil económico.
Entretanto este lunes centenares de personas dieron su último adiós al pequeño en la capilla ardiente instalada en la Diputación de Almería. Entre ellos el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, y la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.
El debate y votación sobre la derogación de la prisión permanente revisable llega el jueves al Congreso en un momento de sumo acaloramiento tras el asesinato de Gabriel. No obstante de momento la presión social sigue sin hacer rectificar al PSOE, Podemos y el PNV.