Rajoy hace caer a la oposición en su propia trampa con las pensiones
El Gobierno ha ligado la mejora de las prestaciones a que los presupuestos generales vean por fin la luz. Y ha descolocado a Sánchez, Iglesias y Rivera, forzados a "mover ficha".
Es posible, casi seguro, que Mariano Rajoy no haya convencido a los millones de jubilados que protestan por la pérdida de poder adquisitivo de sus pensiones, pero este miércoles en el Congreso dio muestras de su experiencia política con una hábil jugada que neutralizó la ofensiva de la oposición con este delicado asunto.
Lo hizo el líder del PP al anunciar -sin concreción alguna de cifras- una subida de las prestaciones mínimas y de las de viudedad. Pero, y ahí está la trampa en la que han caído PSOE y Podemos, una mejora directamente vinculada a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para este año. En decir, a la estabilidad del gobierno de Rajoy.
Es decir, un reivindicado incremento que pasa ahora al tejado de PSOE, Podemos, Ciudadanos y PNV, obligados a hacer didáctica entre los pensionistas movilizados y, en el caso del partido de Albert Rivera y el del lendakari, Íñigo Urkullu, urgidos a permitir que -como sucedió en 2017-, las cuentas públicas salgan aprobadas del Congreso de los Diputados.
Rajoy ha logrado poner ahora el balón de la subida de las pensiones más bajas en el tejado de la oposición. Habrá mejora si hay presupuestos.
Previsiblemente, el Consejo de Ministros aprobará los PGE antes de Semana Santa y posteriormente los remitirá al Palacio de la Carrera de San Jerónimo. "Estudiémoslos, debatamos, y veamos de dónde quitamos y dónde queremos gastar más", emplazó Rajoy a las bancadas de la oposición.
Y parece que el presidente logró parte de su objetivo. Dirigentes de Ciudadanos reconocían en los corrillos tras el debate que el acuerdo "está más cerca". Entonces, al PP tan solo le quedará la tarea de convencer a los cinco diputados que comanda Aitor Esteban. Los peneuvistas han advertido de que no apoyaran las cuentas del PP mientras en Cataluña siga activo el artículo 155.
Imagen de la última y masiva concentración de pensionistas a las puertas del Congreso de los Diputados.
Por lo demás, el debate dio poco más de sí. Según el PP, quedó demostrado que la izquierda no tiene un plan alternativo concreto y financiado, más allá del mantra del nuevo impuesto a la banca por cuya autoría se pelean Sánchez e Iglesias. Y por una subida generalizada de sueldos y del salario mínimo que PSOE y Podemos no explicaron cómo podrían ser financiados.
Rajoy recalcó que esa posible tasa bancaria, con una recaudación de apenas 1.000 millones de euros, sería insuficiente para afrontar una vinculación de las pensiones al IPC.
A los socialistas, además, les pesó como una losa el lastre de la gestión de José Luis Rodríguez Zapatero, su congelación de todas las pensiones y el estado de quiebra en el que dejó las cuentas de la Seguridad Social. Por ello, Rajoy advirtió a Margarita Robles -ausente Sánchez incluso en la tribuna de invitados- que la derogación de la reforma laboral que exige su partido, junto a sus políticas de más gasto público, devolverían a España a la situación de 2011.
Eso sí, el debate le sirvió a Rajoy para confirmar que la intención de Podemos es seguir agitando a los pensionistas en las calles. Esa es la nueva bandera de Pablo Iglesias, con la mirada puesta en las elecciones municipales y autonómicas del próximo año.
La desconexión de Rafael Hernando
Este debate monográfico sobre las pensiones dejó, por lo demás, un pequeño roto en el PP tras una cierta falta de coordinación entre su Grupo Parlamentario, La Moncloa y el Ministerio de Hacienda. Una desconexión que tuvo como protagonista al portavoz de los populares, Rafael Hernado.
El objeto de la polémica fue el anuncio más concreto que Mariano Rajoy hizo durante su primera intervención desde la tribuna de oradores: el aumento de las pensiones mínimas y las de viudedad. Y es que, Rajoy no concretó ni cuantificó el alcance del incremento de esas prestaciones.
Fue la portavoz de Coalición Canaria, Ana Oramas, la que había reclamado a Rajoy que esa subida estuviese vinculada al Índice de Precios al Consumo (IPC), algo que al presidente le pareció una propuesta "razonable". Pero en ningún momento la hizo suya. Ahí se quedó.
Y fue luego, ya en el patio de la Cámara Baja y en declaraciones a los informadores, cuando Hernando dio validez a esa supuesta subida indexada al IPC, previsto en el 1,6%. Sin embargo, el Ministerio de Hacienda se desmarcó de esa concreción del portavoz popular.
Todo un síntoma de que este nuevo frente, el de los pensionistas, ha cogido por sorpresa a los populares, que no quieren dar un paso en falso. Y es que ahí está uno de sus caladeros de voto más numeroso.