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Rajoy pide a su grupo que firme la paz con C's: "Hay que llevarse bien"

El presidente quiere que las aguas vuelvan a su cauce después de la tensión entre ambos partidos por los resultados de las catalanas. Y así lo trasladó en el transcurso de una comida.

Rajoy esta semana en su escaño del Congreso.

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Después de la tormenta que desencadenó el resultado de las elecciones en Cataluña y la decisión de Ciudadanos de no ceder un diputado al PP para que formara grupo propio en el Parlament, la calma -relativa- ha vuelto a la relación entre ambos.

El miércoles Mariano Rajoy aprovechó el Pleno monográfico sobre pensiones para comer en un restaurante junto al Congreso (la Ancha) con parte de la dirección del grupo parlamentario que comanda Rafael Hernando.

Allí el presidente trasladó a los diputados populares una nueva consigna, bien distinta a la que dio después el 21-M: "Hay que llevarse bien", afirmó en alusión a otros grupos parlamentarios. Y en especial al de Ciudadanos, según cuenta a ESdiario uno de los comensales.

Y señala otro a este periódico: "Hacemos lo que podemos, pero a veces no nos ponen fácil llevarnos bien". Para un Gobierno con una mayoría parlamentaria tan minoritaria, es casi obligación.

El apoyo de Albert Rivera a Rajoy el miércoles en el debate sobre las pensiones en el Congreso fue el mejor termómetro de un buen clima que, casi con total seguridad, desembocará en el apoyo de C's a los Presupuestos de 2018.

En ello confía el presidente y así se lo trasladó en privado a la cúpula de su grupo parlamentario, lo que imprimirá una nueva marcha a una legislatura que se ha pasado meses mortecina.

C's ponía como condición la subida salarial a policías y guardias civiles y ya la tiene; y respecto a la dimisión de la senadora del PP Pilar Barreiro, imputada en la trama Púnica, este mismo jueves la Fiscalía se pronunció para pedir al Tribunal Supremo el archivo de la causa.

Cuentan los presentes en esa comida informal con Rajoy que el presidente sigue convencido de poder agotar esta legislatura, haciendo equilibrios frente a C's para combatirlos como partido y a su vez seguirlos buscando como aliado parlamentario.

A punto de cumplirse tres meses de las elecciones catalanas y de sus resultados, los ataques furibundos posteriores desde el PP a Ciudadanos por miedo a un efecto contagio de la fiebre naranja en el resto de España se han ido modulando.

Ataques a cuya cabeza se colocó el propio Rajoy, que en diversos actos de su partido acusó a los de Rivera de "oportunistas", entre otras cosas. C's, en respuesta, utilizó sus armas para marcar territorio en el Parlamento y permitir que se debata y vote la derogación de varias leyes estrella del PP en la legislatura de su mayoría absoluta, como la Ley de Seguridad Ciudadana.

Ahora el presidente quiere paz. Necesita paz.