Cristina Cifuentes sale reforzada de la operación para hundir su candidatura

Madrid ha sido la primera comunidad autónoma en recuperar todo el empleo que perdió durante la crisis. En su suelo se asientan dos de cada diez empresas nuevas que se crean en todo el país. Tiene la menor presión fiscal y aun así va a bajar más el IRPF y el impuesto de sucesiones.

Es la segunda región con mejor sanidad en toda Europa -sólo por detrás de Estocolmo-, según el último ranking elaborado por la UE. Está por encima de la media educativa europea en Lengua, Ciencias y Matemáticas, según el informe Pisa. ¿Cuál es el pero? Que sigue gobernada por el Partido Popular, y ello trae de cabeza a la izquierda.

Cifuentes celebra mil días como presidenta de la Comunidad de Madrid

Precisamente este miércoles Cristina Cifuentes cumple mil días al frente de la Comunidad de Madrid. Y lo hace consciente de que de ahora en adelante, a escasos 14 meses de las elecciones, ella será el gran objetivo a batir, la pieza de caza mayor que quieren cobrarse el PSOE, Podemos y hasta Ciudadanos. Pero no se lo va a poner fácil.

Lo de este martes en el Congreso fue un aperitivo. La presidenta regional no está imputada en ninguna causa judicial, y en tiempos de Esperanza Aguirre al timón del PP de Madrid ocupó cargos intermedios. Más aún: con ella al frente la Comunidad de Madrid se ha personado como acusación particular en Púnica, Lezo y Gürtel, y ha impulsado el código ético más estricto de toda la política española.

Su tolerancia cero contra la corrupción duplica los estándares de limpieza y regeneración que exige Ciudadanos a Susana Díaz... pero nunca es suficiente. Para la izquierda siempre es sospechosa, aunque todo lo que han tenido contra ella en 30 años de carrera política es un informe de la UCO que el juez Velasco ni siquiera incluyó en Lezo porque lo consideró irrelevante.

Eso y el testimonio de Francisco Granados, el hombre de la cuenta en Suiza con 1,7 millones de euros, la mansión de 6 millones y los suegros a los que les brotó un maletín con un millón de euros en un altillo del armario.

La imagen del coordinador general del PP, Fernando Martínez Maillo, recibiendo este martes a Cifuentes a su llegada a la Cámara Baja y acompañándola hasta la mesa de comparecientes fue toda una declaración de intenciones: la dirección nacional del partido respalda totalmente a la presidenta madrileña para que vuelva a ser candidata en 2019.

No hay debate en torno a la candidatura de Cifuentes, y de ahí que Maillo buscara este martes una foto inequívoca, le cuentan a ESdiario fuentes de la dirección nacional. Tiene el apoyo de Mariano Rajoy y el de María Dolores de Cospedal, y nadie en Génova 13 duda de que su gestión es el mejor cartel electoral.

De hecho ella misma elegirá cuándo y cómo quiere ser proclamada candidata, a la espera de conocer quién formará tándem con ella en el Ayuntamiento de Madrid. Fuentes populares subrayan que la de la capital será una de las primeras equis que despejen, con Pablo Casado como mejor situado, a la espera de hacer un sondeo con varios nombres para conocer la opinión de los madrileños.

En la sede del PP valoran el "gran trabajo" que está haciendo el portavoz en el Consistorio, José Luis Martínez-Almeida, y prometen que será recompensado. Pero obviamente no formando pareja de baile con Cifuentes.

A Íñigo Errejón, sobre todo a él, este martes el tiro le salió por la culata. Ya sabe con quién se va a jugar los cuartos en las elecciones. Y si aun así todavía no lo tiene claro, que se lo pregunte a la portavoz de su partido en la Asamblea de Madrid, Lorena Ruiz-Huerta.

El mismísimo portavoz de Esquerra, Joan Tardà, tuvo que reconocer durante la comisión parlamentaria una obviedad: "Esto no es un tribunal". A Podemos y a los socialistas les gustaría ver a Cifuentes sentada ante uno. "Ya se pueden ir buscando otra baza electoral porque eso no va a pasar", señalan a este periódico desde el entorno de la presidenta madrileña.