El apoyo de UGT y CCOO a los golpistas enfurece a sus afiliados en toda España
Han hecho caso omiso a las más de 3.000 empresas que se han marchado de Cataluña y los miles de parados del procés y se han sumado a una gran manifestación para la liberación de los presos.
El golpe y la rebelión de los independentistas contra España y la legalidad vigente ha provocado, al margen de la inestabilidad política y la división social, una gigantesca factura económica para todos los catalanes que se resume en dos datos escalofriantes: más de 3.000 empresas han abandonado Cataluña desde el referéndum ilegal del 1-O (con una facturación de 44.000 millones de euros) y, por primera vez, la comunidad estuvo a la cabeza de las regiones con mayor paro en España.
Curiosamente, tras la aplicación del artículo 155, ha vuelto a liderar la creación de empleo, según el dato conocido el pasado día 2.
Pero, pese a este desierto irrebatible, el próximo 15 de abril los sindicatos UGT y Comisiones Obreras recorrerán las calles de Barcelona del brazo de dos de las entidades independentistas señaladas por el Tribunal Supremo como la infantería de la rebelión contra la Constitución: la ANC y Òmnium de los encarcelados Jordi Sánchez y Jordi Cuixart.
Este mismo martes fue presentada la marcha en defensa de los "presos políticos" con la presencia, junto a varias entidades en favor del procés, de los secretarios generales de UGT y CCOO en Cataluña, Camil Ros y Javier Pacheco.
La manifestación está prevista para las 11.00 horas del próximo 15 de abril en el Paseo de Gràcia de Barcelona y coincidirá con los seis meses de estancia en prisión de los Jordis. Camil Ros (UGT) y Javier Pacheco (CCOO) decidieron sumarse a este nuevo desafío al Gobierno tras mantener este lunes un encuentro con el presidente del Parlament, Roger Torrent, dentro de su ronda para impulsar su "frente contra el Estado".
Los secretarios generales de CCOO y UGT en Cataluña, Javier Pacheco y Camil Ros.
Cierto es que en el último año, las dos centrales mayoritarias en Cataluña han mantenido una posición equidistante durante el procés. Pero en los momentos culminantes, como el 1-O o la huelga general del 3-O, se desmarcaron del independentismo, dejando el protagonismo a la Intersindical-CSC, el brazo sindical del independentismo. En el último año y por razones políticas, CCOO y UGT han reconocido varios centenares de bajas entre sus afiliados, casi 400 en el primero, más de 150 en el segundo.
Pero la decisión de Ros y Pacheco de convertirse en el tonto útil del independentismo ha provocado una oleada de indignación entre los afiliados que las centrales que dirigen Unai Sordo (Comisiones) y José María Álvarez (UGT) tienen en Cataluña y en el resto de España. Sordo, que llegó a la Secretaría General de CCOO en junio pasado procedente del País Vasco, ya coqueteó en su día con Bildu.
En ese Congreso de junio, se certificó además el desplome de la afiliación del sindicato. En 2008, Comisiones sumaba 1,2 millones de afiliados, una cifra que en la actualidad se ha recortado a 913.000, por detrás de los 931.558 que dice tener UGT.
Su último salto al vacío puede ser también un paso en falso. Y a juzgar por cómo hierven en las últimas horas las redes sociales por su complicidad con el independentismo, esas cifras pueden seguir desplomándose.