El marido de Carme Forcadell deja al independentismo con las vergüenzas al aire
Bernat Pegueroles ha concedido una entrevista en la que desvela que no todo son lazos amarillos y solidaridad para con los presos del procés, al menos respecto a su mujer y Dolors Bassa.
El marido de Carme Forcadell ha dejado al descubierto las vergüenzas del independentismo, como si hubiera presos del procés de primera y de segunda categoría.
Bernat Pegueroles se queja en una entrevista en El Món de que mientras Oriol Junqueras, los Jordis (Sànchez y Cuixart), Raúl Romeva y el resto de hombres en prisión preventiva están todo el día recibiendo muestras de apoyo del independentismo, de su mujer y de la exconsejera Dolors Bassa se habla poco. Muy poco.
"También hay dos presas políticas en Alcalá Meco, aunque no se hable casi nunca. No sé si es porque son mujeres o porque los consejeros que están Estremera tenían mucho peso político, pero lo cierto es que Dolors y Carmen demasiado a menudo quedan olvidadas", denuncia públicamente.
De hecho el miércoles ERC, PDeCAT y Òmnium celebraron una concentración en la plaza Sant Jaume de Barcelona al cumplirse los seis meses de prisión de Junqueras y Joaquim Forn. Se habló del resto de encarcelados. De ellas, apenas.
Forcadell y Bassa comparten celda de 8 metros cuadrados con literas, un lavabo y una estantería de cemento. Recientemente han pedido celdas individuales en previsión de que la prisión preventiva vaya para largo. Pero de momento allí siguen juntas entre 15 y 16 horas al día.
En la entrevista, el marido de la expresidenta del Parlament revela que Forcadell también pensó en huir de la Justicia española. Como Carles Puigdemont, Anna Gabriel, Clara Ponsatí o Marta Rovira (esta última lo hizo el día en que Forcadell ingresó en la cárcel).
No obstante, Pegueroles sostiene que al final pesaron más otras cosas. Porque además probablemente la expresidente del Parlament no pensaba que iba a acabar en prisión preventiva en Alcalá Meco, donde permanece desde el pasado 23 de marzo.
"Esto todo el mundo se plantea un día u otro. Pero marchar es muy duro, dejas los amigos, la familia, los padres, los hermanos, los hijos ... Y no puedes volver. Es muy gordo que irse cuando no has hecho nada", subraya.