La Moncloa encuentra dos inesperados aliados para tumbar los planes de Torra
Hasta ahora el expresident ha hecho y desecho a su antojo en el independentismo. Pero ERC y el PDecAT han dicho basta. Este es su plan para maniatar a su "títere" a través de sus consejeros.
El Gobierno espera con expectación el discurso de investidura de Quim Torra, en el que el elegido por Puigdemont dibujará este sábado las líneas maestras de su mandato, si finalmente la CUP no tumba su designación, una posibilidad que crece en estas últimas horas a la espera del Consejo Político que los antisistema van a celebrar el domingo, justo veinticuatro horas antes de la votación decisiva en el Parlament.
Sin embargo, La Moncloa maneja desde hace una semana información muy fidedigna de las verdaderas intenciones de Puigdemont de relanzar su desafío al Estado. Pero también de la decisión del PDeCAT y ERC de maniatar al heredero del expresidente fugado, a través de la composición de su gobierno.
Torra se encuentra en la misma tesitura que en su día Puigdemont: el expresidente fue elegido a última hora en sustitución de Artur Mas, y éste ya había negociado con Oriol Junqueras la composición del Govern.
Precisamente Mas es uno de los que ha mantenido comunicación con el entorno del Ejecutivo central. El hasta hace bien poco presidente del PDeCAT ha protagonizado una intensa agenda en Madrid está semana: cena el miércoles y almuerzo en un foro empresarial de la capital el jueves.
Otro de los contactos del nacionalismo es el exdiputado de Convergencia, Josep Antoni Duran Lleida, que mantiene una fluida relación con el exministro José Manuel García-Margallo. Este mismo jueves, mientras Margallo mantenía una conversación informal con periodistas en los pasillos del Congreso recibió una llamada en su móvil del exdirigente de Unió.
Por estos canales y algunos otros -los diputados de ERC y PDeCAT, Joan Tardá y Carles Campuzano-, Rajoy sabe que los de Oriol Junqueras y Marta Pascal quieren, esta vez sí, decidir la composición y la estrategia de los consejeros del futuro gobierno de Torra.
"Una cosa es que se le haya dado manos libres a Puigdemont para elegir al candidato y otra muy distinta que se hipoteque a los partidos del nuevo govern y se convierta en títeres a sus consellers", afirman a ESdiario fuentes parlamentarias de Esquerra.
Especialmente significativa ha sido la frialdad con la que Junqueras, desde prisión, ha recibido la elección de Torra, un perfil radicalmente distinto al que ERC quería para desactivar de inmediato el 155 y recuperar con plenos poderes el aparato de la Generalitat. "Suerte y aciertos", se ha limitado a decir Junqueras a través de Twitter.
Artur Mas, este jueves en un almuerzo en Madrid. La noche anterior había protagonizado otra cena en la capital.
En este sentido, La Moncloa ha recibido con agrado las primeras designaciones de ERC para el nuevo gabinete. Dos de ellas las diputadas en el Congreso Ester Capella y Teresa Jordá. Ambas mantienen una relación cordial con el resto de partidos y, también, con el PP y distintos miembros del Ejecutivo de Rajoy. La mano derecha de Junqueras, Pere Aragonés, será el nuevo vicepresidente y conseller de Economía, un departamento que seguirá bajo el estrecho control del Ministerio de Hacienda.
El Gobierno, pese a las presiones crecientes de Albert Rivera para que el 155 siga en vigor, está dispuesto a dar un margen de confianza al nuevo presidente de la Generalitat. O, por mejor decir, a su gobierno. "Si se produce una investidura y hay un nuevo gobierno en Cataluña, nos gustaría que empezara una fase de diálogo y lealtad institucional", ha subrayado este viernes el ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo.
Y todo en el mismo día en que el CIS catalán le da a ERC unas buenas notas y la victoria en Cataluña en unas hipotéticas elecciones generales en toda España. Como dicen que la política hace extraños compañeros de cama puede ser que Junqueras y Mas se conviertan después de todo en dos oportunos aliados de Rajoy para apartar definitivamente a Puigdemont de la política catalana.