Torra a los "seres" no independentistas: "decadentes, tristes, madrileñizados"
El nuevo presidente catalán es una "mina" si se rebusca en su pasado literario, él pidió que leyesen su libro más moderado, pero la lectura del mismo revela nuevos pensamientos preocupantes.
Lo cuenta este sábado El Mundo, "El independentista concentra sus fuerzas contra un único adversario: contra todos aquellos que no quieren la libertad de su nación. Es implacable contra ellos". Éste es el noveno mandamiento del "decálogo de comportamiento" para independentistas que el nuevo presidente de la Generalitat, Quim Torra, incluye en su último libro, Els últims 100 metres. La hoja de ruta para ganar la República catalana, publicado en 2016.
Entre el resto de rasgos definitorios que el president atribuye al buen secesionista está también el del "seny". Sostiene Quim Torra en el primer punto de su decálogo que "el independentista catalán es hoy la persona con más sentido común de toda Cataluña" y en el segundo añade que "el independentista es un ciudadano útil".
El sucesor de Puigdemont contrapone estos rasgos definitorios del separatista con los de los catalanes contrarios a la secesión, a los que define como "seres". Asegura Torra que conoce catalanes "del PP, Ciudadanos y el PSC" a los que "les repugna cualquier expresión no ya de catalanismo, sino de catalanidad". "Es una fobia enfermiza. Hay alguna cosa freudiana en estos seres. Viven en un país del cual lo desconocen todo: su cultura, sus tradiciones, su historia. Son contrarios a cualquier acontecimiento en el que se exprese el hecho catalán, aunque sus apellidos sugieran un arraigo a la tierra desde hace siglos", escribe. El president, que ubica a estos catalanes "especialmente en la zona alta de Barcelona y los barrios bienestantes", finaliza: "Les crea urticaria su propia historia. Les enoja todo lo que no sea español y en castellano. Son, naturalmente, transversales. Conozco del PP, de Ciudadanos y del PSC".
"Madrid se ha convertido en una ciudad depauperada y sin una brizna de energía intelectual"
Durante el debate de investidura, Torra se declaró "arrepentido" por el uso "de alguna palabra inconveniente" en sus artículos, aunque se excusó alegando que las empleó "fruto de la intensidad que pide el periodismo". Después de que la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, recriminara al entonces candidato haber calificado a los españoles de "bestias con forma humana, carroñeros, víboras o hienas", Torra se permitió recomendarle la lectura de Els últims 100 metres, obra téoricamente mucho más reflexiva en la que desgrana su ideario a lo largo de 238 páginas.
"Me harían un gran gran favor si lo compraran, lo leyeran y hablasen de él", dijo cargado de ironía. A lo largo del libro, Torra no solamente describe al independentista, sino que se atreve a definir al catalán privándole de la posibilidad de tener una identidad compartida y, por tanto, de sentirse también español. Lo hace en los siguientes términos: "Si somos catalanes es que no podemos ser españoles". "El día que los catalanes dejemos de ser catalanes ya no seremos nada. Es nuestro trágico destino: condenados a ser catalanes o nada".
El president tampoco se resiste a realizar una comparativa entre Barcelona y Madrid. "Barcelona está mejor que nunca y es más conocida en el mundo que nunca. Madrid se ha convertido en una ciudad depauperada y sin una brizna de energía intelectual", sostiene para criticar el supuesto desencanto del intelectual catalán no independentista, del que señala: "Su discurso es triste, agrio, decadente, madrileñizado".