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Felipe VI presionará a su hermana Cristina para eliminarla de la línea sucesoria

La sentencia firme que condena a prisión a Iñaki Urdangarin y a una multa a la Infanta como partícipe a título lucrativo era lo que estaba esperando el Rey para volver a la carga.

La Infanta Cristina, con semblante serio, este martes al salir de su domicilio en Ginebra.

Publicado por
J.R.V

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Cuando al filo de la 10 de la mañana de este martes comenzaban a salir las primeras filtraciones de la sentencia del Tribunal Supremo que conduce directamente a Iñaki Urdangarin a prisión por el caso Nóos, los asistentes de Felipe VI le tenía ya preparado al Jefe del Estado su uniforme de capitán general del Ejército de Tierra.

Ya sabía el círculo más estrecho de colaboradores del Rey que la resolución final del Alto Tribunal sobre la sentencia de la Audiencia Provincial de Baleares se iba a conocer este 12 de junio. El jefe de la Casa, Jaime Alfonsín, de acuerdo con el Monarca, decidió el lunes no alterar en nada la agenda real pese a la sacudida mediática que iba a suponer.

Ya con los detalles de la sentencia, el Rey salió de Zarzuela rumbó a El Escorial para participar en un acto del Capítulo de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. Entre la difusión de la sentencia y la presencia pública del Monarca, fuentes de Zarzuela ofrecieron su escueta reacción de libro: "Máximo respeto a las decisiones judiciales". Urdangarin está citado este miércoles en Palma para que le notifiquen la sentencia y conozca su futuro inmediato.

Pero Felipe VI es consciente de que, de nuevo en su reinado, debe ir un paso más allá. Sus asesores ya dibujaron un plan de contingencia cuando la Audiencia Provincial de Palma dictaminó la condena a Urdangarin y a la Infanta Cristina, como partícipe a título lucrativo de los negocios de su esposo.

Lo que dependía de Felipe VI se ejecutó: fulminante expulsión de la agenda de la Familia Real y retirada del Ducado de Palma que el matrimonio ostentaba. El Rey quiso ir más allá y presionó a su hermana, a través de varios canales, para que renunciara a sus derechos sucesorios. Ella se negó y se atrincheró. ¿La razón? Contaba con el apoyo de su padre, el Rey Juan Carlos.

El Rey Felipe VI, durante el acto del Capítulo de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo en El Escorial. Ya sabía entonces que su cuñado deberá ingresar en prisión.

Pero, según las fuentes consultadas por este diario, el Jefe del Estado está dispuesto a volver a la carga para que la Infanta Cristina dé el "paso simbólico" para desvincularse definitivamente de la Institución. Cabe recordar que las posibilidades de la Infanta son remotas, ya que es la sexta en la línea de sucesión a la Corona.

Sin embargo, en Zarzuela son conscientes de que su permanencia "hace daño" a su hermano. El problema es que no hay fórmula legal alguna para forzarla a renunciar. Debe ser ella la que lo haga voluntariamente.

Los asesores de Felipe VI llevan meses advirtiendo que la "cerrazón" de la Infanta da alas a los que quieren relacionar al actual Jefe del Estado con la etapa "convulsa" de su antecesor. Este mismo martes, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, les ha dado argumentos para ello.

"La imagen de la Monarquía asociada a la corrupción es una realidad en este país desde hace años. Es evidente que la eventual entrada en prisión de Urdangarin va a revelar una relación histórica de esa institución con la corrupción, que desde luego no ayuda a la imagen de nuestro país", ha dicho Iglesias en los pasillos del Congreso, adelantando la estrategia que su partido va a seguir.

En Zarzuela confían esta vez en el papel que puedan jugar Don Juan Carlos y Doña Sofía. Si son capaces de convencer a la Infanta de que dé el paso, "ella lo dará", concluyen las citadas fuentes. "Los niveles de exigencia de la sociedad española son ahora muy distintos a los de hace años. Y la Infanta lo sabe", remachan. De momento, ella permanecerá viviendo en Ginebra donde sigue trabajando para La Caixa.