Casado en cabeza, el gran respeto a Cospedal y las ganas que le tienen a Soraya
A 11 días de abrirse las urnas del PP, un recorrido por sedes, sin mayor valor demoscópico, emite una foto de cómo va la carrera por la sucesión.
Este caluroso fin de semana las sedes del PP han permanecido abiertas. Se ha querido facilitar que cualquier afiliado pudiera inscribirse para votar el 5 de julio por el sucesor que prefiera. Naturalmente, ha sido una oportunidad de oro para hacer una foto de lo que puede ocurrir una vez se abran las urnas populares dentro de once días.
Y la imagen, aunque a algunos pueda sorprenderles, es nítida. Pablo Casado ha tomado la delantera a sus rivales y no va a ser sencillo darle alcance en un proceso tan sentimental como el que se ha abierto.
“El PP necesita cambiar y Pablo es la renovación”, es lo que más he escuchado de gente a la que veo de nuevo verdaderamente ilusionada, después de demasiado tiempo tragándose los sinsabores políticos que les caían encima. Casado les transmite empuje político.
María Dolores de Cospedal sigue la estela del precandidato más joven. “Cospedal nos ha defendido siempre, ha estado con el PP a las duras y a las maduras, le tengo muchísimo respeto y dudo si votarla, pero también debe entender que si hace diez años todos estuvimos con ella porque representaba la modernización del PP, ahora debe apoyar que el partido se refresque”, destaca un diputado con quien me encuentro.
O sea, respeto y mucho grato afecto a Cospedal. Cariño enorme entre la gente por lo que les ha entregado estos años. Aunque también se ha instalado la idea de que su tiempo político tiene más recuerdos que futuro y debe allanar el paso a una nueva generación política.
Y, por último, claro, lo de Soraya Sáenz de Santamaría, digno para escribir un tratado de ciencia política. Y digo esto porque, tras tantos años siendo la persona más próxima a Mariano Rajoy, y a no ser que sus partidarios oculten sus querencias, no logro encontrar a sus seguidores, más allá de algunos nombres “ilustres” que se han beneficiado estos años de cargos conseguidos gracias a su influencia con el líder.
Sobre la 'vice'
De Sáenz de Santamaría, más que elogios, lo que he percibido son quejas de sus compañeros. “Que pida a PRISA y a La Sexta que la apoyen ahora”, me decía uno de sopetón. “Soraya, con sus tejemanejes con el CNI, es la culpable de tantos dossieres contra compañeros, que nos han hundido”: otra opinión.
“¿Dónde ha estado estos años cuando nos partían la cara mientras a ella la protegían sus ‘medios amigos’?”, se preguntaba un destacado afiliado. “El desastre de la comunicación que nos ha matado es la obra maestra de Soraya”, aseguraba uno más.
Las llamadas
Mención aparte merece lo ocurrido con los diputados nacionales del PP a la hora de pedirles avales. Las presiones que han recibido por parte de “sorayos” les han hecho respingar indignados: “Durante los últimos años, con Soraya en la vicepresidencia, no existíamos ni nos dirigían la palabra, ahora las llamadas son incesantes”, me confesaba un parlamentario.
Es decir: lo que he percibido en esta “encuesta” rápida, que por supuesto no pretende tener valor demoscópico alguno, son muchas ganas de propinarle un severo correctivo, vía democracia directa, a quien ha sido los últimos siete años poderosísima vicepresidenta del Gobierno.