La famélica cifra de inscritos pone al PP frente al peor de los escenarios
En las últimas primarias del PSOE participó el triple de militantes socialistas. En el plebiscito sobre el chalet de Iglesias y Montero, parecido. El PP está hecho una pena, casi sin sangre.
Ha sido una decepción. Grande. ¿O era algo sabido pero ocultado durante largo tiempo? María Dolores de Cospedal mira a Fernando Martínez-Maillo y el coordinador general mantiene la mirada a la secretaria general. El número de afiliados del PP siempre ha sido un misterio. Por más que los máximos representantes de la formación comprometieran su palabra diciendo que eran más de 800.000.
Lógicamente, a la hora de la verdad, también en esto ha llegado “Paco con las rebajas”. Y más de uno debería irse de campaña con la cara colorada.
Los militantes inscritos para participar en el proceso de primarias que desembocarán en la sucesión de Mariano Rajoy solamente son 66.384. La casa popular se ha quedado escuálida. El PP está hecho una pena.
Los últimos siete años han dejado casi sin sangre, sin ilusión, a unas siglas políticas históricas
Los últimos siete años de parálisis organizativa marianista, de vampirizar el partido para engordar el Gobierno, la falta de renovación, de no aceptar que nuestro país avanza y las formaciones políticas deben hacerlo a su compás, todo eso por no hablar de cómo tramas mafiosas se han movido sin cortapisas por las sedes del PP, han dejado casi sin sangre, sin ilusión a unas históricas siglas políticas.
Aunque las comparaciones son odiosas, a veces son imprescindibles para poner cada cosa en su sitio. Fíjense, en el plebiscito de Pablo Iglesias sobre la compra de su lujoso chalet participaron 188.176 inscritos. En las primarias socialistas que enfrentaron a Pedro Sánchez y Susana Díaz votaron 187.948 afiliados del PSOE.
El PP tiene muchas cosas que cambiar. Necesita una renovación radical
El cruel descubrimiento de la famélica cifra de inscritos populares es una nueva muestra de que el PP tiene muchas cosas que cambiar. Demasiadas. Necesita una renovación radical. Casi una refundación. No es posible que sus máximos mandatarios actuales pongan cara de póker como si nunca hubieran roto un plato. ¿O tampoco era su competencia el número de afiliados?
Por cierto, viendo el reparto por regiones de compromisarios para el 19 Congreso del PP, comparándolo con las cifras reales de inscritos, sólo cabe concluir que se sustenta sobre datos irreales, cuando no sobre mentiras groseras. Una pena.