El mazazo de las inscripciones descoloca a los candidatos del PP: "Qué ridículo"
La falta de una purga en profundidad en los listados de militantes, unido a la desmotivación de estos, ha provocado que sólo 66.384 se inscriban para votar el sucesor de Rajoy, el 7,4%.
La fórmula un militante, un voto no ha logrado motivar a las bases del PP, o al menos no como esperaba la organización.
La fase de inscripción para poder votar después el 5 de julio se ha saldado con una cifra muy baja: sólo 66.384 afiliados del partido han querido apuntarse para participar en la primera vuelta (no quiere decir siquiera que todos lo hagan finalmente), el 7,4% de los 869.535 que oficialmente dice tener el PP.
Obviamente tal cifra es irreal, porque está inflada con decenas de miles de militantes muertos o inactivos que durante años se han ido acumulando en las listas sin que Génova ni los territorios las depuraran porque hacerlo suponía perder peso en el sistema de reparto de compromisarios para los congresos.
Pero a ello se ha sumado una falta de motivación por parte de la militancia del PP, poco acostumbrada a tal alarde de democracia interna. Aunque cabe decir que estrenaron el sistema de doble vuelta en los congresos regionales y provinciales del año pasado.
De hecho muchos de ellos se saldaron con participación superior a la cifra de inscritos para votar en este Congreso nacional, así que el palo es mayor.
Tanto que primero Soraya Sáenz de Santamaría y después José Ramón García Hernández se han mostrado partidarios de que, para no hacer "el ridículo" -en palabras de este último- puedan votar todos los afiliados y no sólo los inscritos, que previamente han tenido que ponerse al corriente de pago (si no lo estaban) abonando 20 euros.
También Pablo Casado se ha mostrado decepcionado por las bajas cifras y ha insinuado que no vería mal que votaran todos (aunque ello contravendría los Estatutos del partido y el propio reglamento del Congreso).
En Andalucía, que es la comunidad con más militantes, se han inscrito 12.122 de los -teóricos- 169.602, un 7,1%. Se trata de una tierra muy dividida donde el presidente, Juan Manuel Moreno, apoya a Sáenz de Santamaría pero en la que Cospedal tiene muchos fieles también.
En la Comunidad Valencia, por orden la segunda en número de militantes, se han inscrito 7.113 de 149.177, ni siquiera el 5%. En Galicia, que a priori está dividida entre Cospedal y Casado (mayoritariamente), se han inscrito 4.222.
Ni siquiera en Castilla-La Mancha, feudo de Cospedal y la única comunidad que previsiblemente votará de forma monolítica (esperan que allí arrase ella) las cifras son buenas: 4.300 militantes inscritos, el 8,3%.
En la Comunidad de Madrid lo han hecho 10.020 afiliados, menos que en el Congreso regional del que Cristina Cifuentes salió elegida presidenta en 2017. Entonces se inscribieron 11.080.