Por qué se equivocan quienes intentan "comprar" a los compromisarios del PP
Ya es hora de romper una lanza en favor de esos 3.184 hombres y mujeres que tendrán la última palabra en el Congreso del 20 y 21 de julio. No, no son peseteros. O al menos la inmensa mayoría
Feijóo y los compromisarios del PP gallego arroparon este miércoles a Casado.
Tengo la impresión de que se toma a los compromisarios del Congreso Nacional del PP como si fueran “peseteros” egoístas más preocupados por sus cargos que por cualquier otra cosa.
Escuchando algunas opiniones o leyendo ciertos artículos, parecería que la opinión publicada considera mayoritariamente al PP en manos de meros delegados a quienes les importan una higa valores, ideas y demás monsergas “menores” en política. Que lo ven repleto de gentes que desembarcarán en Madrid bien aleccionadas por los “jefes” regionales (a su vez atemorizados por el vudú genovés, es decir, por los hechiceros Fernando Martínez-Maillo, Javier Arenas y Juanjo Matarí) exclusivamente para depositar el voto por Soraya Sáenz de Santamaría, ahora nueva jefa del aparato.
O sea, el Partido Popular visto como una enorme incubadora para almacenar los “sorayitos” que nacerán el 20 y 21 de julio de más de 3.000 vientres de alquiler bien “retribuidos”.
Seguramente habrá algunos así. No lo dudo. De no haberlos, el centro derecha español representado por el PP no hubiese podido caer tanto por la pendiente. ¿Acaso la corrupción habría podido campar a sus anchas si no hubiese habido gentes con intereses espurios que recibían el sobre mientras silbaban el Only You?
Aunque esos “profesionales” que consideran que los ideales son los asesinos de la política los hay en el PP y en los demás partidos. Una pena, sí. Porque son políticos cuya lealtad no va más allá de pagar cada mes la letra de su Audi o la pensión a su ex cónyuge. Políticos “incrustados”, para desgracia de una actividad cuyo verdadero sentido es el servicio público.
La gente sensata del PP sabe que el pan para hoy puede ser el hambre para mañana
Pero no: no me creo, para nada, que el 5 de julio los afiliados inscritos votaran mayoritariamente con el corazón (y de ahí la sorpresa Pablo Casado o el voto de respeto y gratitud a María Dolores de Cospedal) y en el Congreso Nacional los compromisarios, una parte de los inscritos, vayan a hacerlo pensando en su interés particular. Me llevaría un gran chasco si así fuera.
Porque la gente sensata del PP, esa que estará en el Congreso, la que de verdad pisa la calle todos los días, diputados, senadores, diputados autonómicos, alcaldes, concejales… sabe bien que el pan para hoy puede ser el hambre para mañana. Más cuando Albert Rivera espera inteligentemente que el Partido Popular se equivoque de nuevo para darle el mordisco definitivo.