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Rajoy se da un homenaje en su adiós sin mencionar ni de pasada a Soraya

"Me aparto, pero no me voy", afirmó al final de un discurso en el que sobre todo reivindicó su gestión, de la crisis al 155. Promete a su sucesor la lealtad que él no ha tenido de Aznar.

Rajoy mira a su mujer, Viri, tan emocionada o más que él durante toda la tarde.

Publicado por
A.I.M.

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Mariano Rajoy vivió este viernes un momento de comunión con los suyos que nunca olvidará. Tampoco el aplauso que estos le dedicaron al unísono mientras coreaban "¡presidente, presidente!" y él contenía la emoción a duras penas.

Como en un concierto que los asistentes se resisten a dar por terminado, el público de Rajoy le pidió insistentemente otra. Y él volvió a subir al escenario, desbordado, agradecido.

Se había hablado y escrito mucho sobre el último discurso de Rajoy como presidente después de 14 años en el cargo (aunque los cuatro primeros la sombra de Aznar fue demasiado alargada). Sobre todo por lo que pudiera condicionar el voto de los compromisarios aún indecisos.

Sin embargo, nada de lo que dijo el presidente saliente pudo interpretarse como un apoyo siquiera entre líneas a Soraya Saénz de Santamaría. A los que ni mencionó, algo que sorprendió a los compromisarios del PP.

El presidente saliente fue el autor de su propio panegírico

Por contra, Rajoy dedicó la mayor parte de su discurso a darse un último homenaje, probablemente pensando que nadie mejor que él para reivindicar su propio legado. Y sobre todo con la "serenidad", como él mismo afirmó, "de que no han sido los españoles de quienes nos han retirado del Gobierno, ni tampoco mis compañeros de partido".

Rajoy fue este viernes el autor de su propio panegírico, uno en el que repasó los logros de su gestión: desde la salida de la crisis (con 2,8 millones de puestos de trabajo creados) a la derrota de ETA, pasando por la aplicación del 155.

El hasta este Congreso líder de los populares habló, sobre todo, en primera persona del singular: "Nunca me he escondido a la hora de dar las batallas necesarias"; "no me he hecho político en La Moncloa ni en Génova sino en los caminos y de pueblo en pueblo"; "me habéis regalado una vida llena de satisfacciones"; "me habéis dejado hacer política como yo la he entendido"; "he dado todo lo que he podido" fueron algunas de sus frases.

Rajoy prometió lealtad a quien le suceda, al contrario de lo que ha hecho Aznar con él

Pero por encima de todas destacó ésta, por lo que conllevará para articular el postmarianismo: "Me aparto, pero no me voy. No podría. He dejado mucho más de media vida en este partido. Seguiré con vosotros aportando. Seré leal, y todos sabéis que yo sé lo que es ser leal", prometió, en contraposición a lo que ha recibido él de Aznar.

Rajoy se despidió, hasta quién sabe cuándo, con dos peticiones a los suyos: que defiendan la "trayectoria" del partido y que sean "responsables" en el ejercicio de sus cargos. Y con un agradecimiento especial a su mujer, Viri, puso el punto y final a "los 14 mejores años de mi vida política".

Rajoy, durante su discurso.