Casado resopla ante su primera prueba de fuego: el difícil encaje de Soraya
El nuevo presidente ha empezado a coser las heridas en su discurso de entronización, prometiendo integración a la candidatura perdedora. Tiene menos de 48 horas para cerrar su organigrama.
"Hoy nadie ha perdido, solo ha ganado el PP". Esas fueron las primeras palabras de Pablo Casado como nuevo presidente de un partido que este sábado estrena ciclo.
En su discurso de entronización, el sucesor de Mariano Rajoy quiso empezar a coser las heridas de un proceso que deja muchos damnificados en toda España.
Sobre el escenario del Hotel Auditorium, Casado reiteró su compromiso con la "integración", ante una Soraya Sáenz de Santamaría totalmente desencajada que no esperaba ser derrotada. Y menos con un resultado del 57% frente al 42%. Las cuentas que se habían hecho José Luis Ayllón y Antonio Sanz se demostraron castillos en el aire.
El lunes el nuevo presidente tiene previsto convocar al Comité Ejecutivo Nacional y anunciar el organigrama del partido, una vez que haya hablado sosegadamente con Sáenz de Santamaría para integrar a parte de su equipo, así como con otros dirigentes. "Este nuevo equipo tenemos que hacerlo conjuntamente", señaló ante el plenario.
"Hoy todos habéis ganado", proclamó Casado
Las especulaciones se centran en conocer qué encaje tendrá la exvicepresidenta -no es fácil- y quién será el secretario general, aunque las quinielas apuntan a una mujer. En cualquier caso, Casado anunció una renovación "tranquila y constructiva", y pidió a los compromisarios que no salgan de este congreso preguntando a nadie qué ha votado. "Todos hemos votado al PP y todos habéis ganado", resumió.
El nuevo líder de los populares recordó a los suyos que el PP es heredero de Adolfo Suárez, de Manuel Fraga, de José María Aznar y de Mariano Rajoy. Y prometió que contará con todos los expresidentes.
Abrumado y consciente de la responsabilidad que tiene encima -su mujer resoplaba-, Casado desgranó alguno de los ejes del PP que él va a presidir.
Se comprometió, en primer lugar, a reforzar la Constitución y el Código Penal para frenar al independentismo. También a reformar la ley electoral de forma que los partidos nacionalistas no estén sobrerrepresentados.
Apostó, asimismo, por bajar impuestos, por potenciar las políticas de familia y contra la despoblación, por un pacto nacional por el agua y sobre todo por luchar contra la demolición de todo lo que puso en pie Rajoy.
"Nosotros hemos vuelto, ya no estamos en funciones. El PP ha vuelto, hemos vuelto, ya no vamos a gastar ni un minuto más en hablar de nosotros", proclamó el nuevo presidente. "Os necesito a mi lado, os agradezco vuestro apoyo", añadió.
A la salida del plenario, la alegría y la tristeza iban por barrios. El equipo de Casado y los compromisarios de las delegaciones de Madrid y Castilla-La Mancha estaban eufóricos.
Por contra, las caras largas eran la tónica común entre los de Sáenz de Santamaría, especialmente entre los andaluces alineados con Juan Manuel Moreno y Javier Arenas. Precisamente Moreno será el primero en enfrentarse a las urnas. Y no le pinta bien.