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Sánchez paga la novatada con Marruecos y obliga a trabajar a la diplomacia

El Ministerio de Asuntos Exteriores trabaja a contrarreloj, ahora sí, para cerrar una entrevista entre el Rey Mohamed VI y el presidente del Gobierno. Y hay quien se teme lo peor.

Pedro Sánchez en París junto a Macron, en su primer viaje oficial como presidente del Gobierno.

Publicado por
Miguel Blasco

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El pasado 2 de julio, una vez que Pedro Sánchez prometió su cargo de presidente del Gobierno ante el Rey Felipe VI en La Zarzuela, el líder del PSOE regresó a La Moncloa y comenzó a mantener las primeras reuniones con su equipo más cercano, capitaneado por su jefe de gabinete, Iván Redondo. Lo más urgente aquellos días era la configuración del nuevo gabinete, y en eso se afanaron Sánchez y Redondo.

Pero, de forma paralela, José Manuel Albares, a la sazón consejero de Política Internacional del presidente, comenzó a diseñar los primeros pasos de la agenda exterior del nuevo inquilino de La Moncloa, de la que había desalojado a Mariano Rajoy tras el éxito de la moción de censura.

Cuando llegó a la Presidencia Rajoy en 2011, como antes había hecho José Luis Rodríguez Zapatero, José María Aznar y Felipe González, el primer viaje lo realizó el líder del PP a Rabat. "Es una cortesía no escrita, pero asumida, de presentar los respetos al vecino más estratégico", recuerdan a ESdiario fuentes diplomáticas.

Sin embargo, tal vez por la anormalidad de su llegada al poder y su estrategia de jugar un papel más destacado en Europa, Sánchez desdeñó la visita de manual al Rey Mohamed VI y escenificó su nueva apuesta exterior con una visita a París, donde se entrevistó con Enmanuel Macron.

"El Rey de Marruecos tiene un carácter muy especial y tal vez no haya asumido muy bien esta especie de desplante", explican esas fuentes. Más aún cuando aquellos días, el Gobierno endosó la no visita de Sánchez a la agenda de Mohamed VI. "Es que no está en Marruecos", llegó a justificarse uno de los más estrechos colaboradores de Sánchez en los pasillos del Congreso.

Pero, más allá de la salida a París, en el Ministerio de Exteriores se reconoce que la extensa agenda internacional del líder socialista -después Berlín, Lisboa, Bruselas y Cumbre de la OTAN- ha podido molestar a nuestro vecino del Sur. Más aún cuando a la vuelta del verano se anuncia además una gira por Latinoamérica.


La llegada de embarcaciones con inmigrantes desde Marruecos se ha disparado en el último mes.


"Aquí todos los veteranos lo sabemos. Cuando el Rey se enfada, oleada de pateras", ironiza un veterano embajador ahora destinado en el Palacio de Santa Cruz, sede de Exteriores. Y, por si acaso, Borrell ha dado instrucciones para cerrar una cita de Sánchez con Mohamed VI "lo antes posible".

De hecho, tanto el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, como su exministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, han mediado en las últimas horas con Rabat para agilizar ese encuentro. Fuentes de la Casa Real marroquí han trasladado la intención del Monarca alahuita de redoblar sus esfuerzos para combatir a las mafias. Cabe recordar que las FSE han alertado de que hay al menos 50.000 irregulares a la espera de dar el salto a España.

De esas gestiones de Zapatero -que tuvieron lugar en el marco de la recepción con motivo de la Fiesta de Trono-, el expresidente declaró posteriormente a los periodistas que está "convencido de que esta relación positiva entre nuestros dos países será consolidada más con el nuevo Gobierno español".

En la polémica ha terciado también en las últimas horas la embajadora de Marruecos en España. Karima Benyaich ha subrayado que entre Marruecos y España "la ejemplar cooperación antiterrorista y de lucha contra la inmigración ilegal se seguirá reforzando" pese a los "momentos difíciles" actuales. La diplomática ha atribuido las actuales dificultades al cambio en las rutas migratorias y a la labor de las mafias que "explotan" el sufrimiento de las personas.

Pero como recuerda el citado diplomático a este diario: "En Rabat no dan puntada sin hilo". Y pocos en Exteriores ven casual que se haya disparado la llegada de pateras a Andalucía ni que se haya producido un asalto sin precedentes a la valla fronteriza de Ceuta.