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El PP se planta contra la "cacería" y cierras filas con Casado: "Es una víctima"

La cúpula popular y los barones lo tienen claro: van a por su líder para frustrar la renovación y el impulso electoral que prepara para devolver a su partido a La Moncloa.

Pablo Casado, este martes en Bogotá, junto al nuevo presidente de Colombia, Iván Duque.

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Pablo Casado inició este lunes su primer viaje al exterior trasladando a su equipo un mensaje de absoluta tranquilidad… por más que un titular donde coinciden las palabras jueza, imputación, máster y Tribunal Supremo no sea como para crear certezas.

Pero Casado reitera a quien quiera escucharle -y así lo hizo con los periodistas antes de tomar el avión a Bogotá- que nada tiene que ocultar y que la magistrada Carmen Rodríguez Medel ha seguido lo que dictan los usos procesales: elevar el asunto al Supremo dado su aforamiento. Eso sí, en el círculo del presidente del PP también hay quien expresa que la jueza “parece estar haciéndose perdonar haber sido asesora en el Ministerio de Justicia de Rafael Catalá”.

Pablo Casado ha dado muchas explicaciones. No era un personaje relevante cuando cursó el máster en la Universidad Rey Juan Carlos y no podía esperar ningún trato de favor. Cumplió con los requisitos de matrícula y cursó las asignaturas como sus profesores le recomendaron que lo hiciera.

Desde ese punto de vista, Casado y buena parte del PP consideran que, de haber responsabilidades penales o administrativas, deberían ventilarse en el equipo directivo de la Universidad, sobre todo alrededor del extinto Instituto de Derecho Público sobre el que planea la polémica figura del catedrático Enrique Álvarez Conde. Y no, desde luego, entre los estudiantes.

Así que el nuevo equipo llegado a la dirección del PP afronta la peripecia con cierto sosiego. Aunque con pesar, también. “Lo que me han hecho a mí, no se lo han hecho a nadie”, se ha quejado, pública y privadamente, el joven presidente popular. A partir de ahí, “máxima confianza” en la instrucción del Tribunal Supremo si al final decide que siga adelante el asunto y solicita el oportuno suplicatorio.

El equipo de Casado, con Teodoro García y Javier Maroto, están convencidos de que la cacería contra su líder acabara en nada.

Otra cosa es “la que se avecina”. En esa misma dirección iba este martes el secretario general del partido, Teodoro García-Egea: “Pablo es víctima de una persecución”. La sensación, muy extendida entre la familia del PP, es que “Casado sufre desde hace meses una campaña de acoso por parte de algunos medios, intensificada en cuanto han comprobado que recupera un discurso ‘sin complejos’ que irrita a una izquierda deseosa de un centro derecha domesticado. Están asustados ante la llegada de Pablo y de ahí esta cacería absurda”, me reconocía un diputado.

Pero tras el reconocimiento del problema, no cabe otra que ponerle remedio. Y esa misma fuente reconocía que si algo ha aprendido el PP de algunos recientes acontecimientos es que de nada sirve ocultarse ni acomplejarse: “Pablo se ha desnudado como pocos políticos en España. Ha dado desde el minuto uno todas las explicaciones. Y las va a seguir dando. Nada de esconderse ante los periodistas, todo lo contrario: comparecerá las veces que haga falta”. Así lo demostró este lunes, retrasando su viaje a Colombia unas horas para aparecer ante los medios.

En cuanto al “otro” sector del PP, las heridas de las primarias y del Congreso siguen ahí, y Soraya Sáenz de Santamaría y algunos de sus fieles continúan sin sentirse a gusto. Nadie espera maniobras subterráneas ni conspiraciones, pero han sido tantas las artimañas del “fuego amigo”, que salta la desconfianza.

Con todo, la idea general que se transmite desde Génova es que “todo el PP” confía en Casado y en sus explicaciones. En este momento nadie vislumbra la hipótesis de que un máster cursado con mayor o menor flexibilidad pueda acabar con una brillante y prometedora carrera política. “Es absurdo”.

Saben que, si esta vez ceden, el PP está muerto. Así que… “Fuenteovejuna, todos a una”, apunta un importantísimo miembro de la dirección. Por más que se reconozcan las consecuencias demoledoras de un titular convenientemente amplificado.

“De los 15.000 euros en puticlubs gastados por un alto cargo de la Junta de Andalucía con una tarjeta oficial nadie dice nada en televisión. Ni del ministro de Agricultura, Luis Planas, imputado y sentado en el Consejo de Ministros”, contraatacan. Porque en el PP lo tienen claro: “Lo intentaron con la carrera y quedó en nada. Y este tema del máster se va a resolver favorablemente, demostrándose la honradez y honorabilidad de nuestro presidente”.

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