Moncloa archiva la factura del viaje de Sánchez en Falcon como "secreto oficial"
Presidencia se niega a responder formalmente sobre el coste de la escapada del presidente a un concierto de The Killers y sobre el resto de interrogantes. ¿Qué tienen que ocultar?
Según el Gobierno, los españoles no tienen derecho a saber cuánto se ha gastado su presidente en ir en avión oficial a un concierto de The Killers en Benicasim.
La Moncloa se ha negado a facilitar la factura del capricho de Pedro Sánchez con el argumento de que esa información es "secreto oficial".
La agencia Servimedia cursó una solicitud formal de información conforme a la Ley de Transparencia que el Ejecutivo, teóricamente, estaba obligado a responder.
Sin embargo, el Ministerio de la Presidencia se ha ido por la tangente y ha respondido que no puede dar esa información porque es "clasificada".
Ni el coste, ni quiénes fueron los acompañantes del presidente (su mujer y sus dos hijas viajaron por carretera), ni tampoco los detalles de la apertura en exclusiva del Aeropuerto de Castellón el 20 de julio por la mañana.
Además, La Moncloa también ha denegado aportar la solicitud que realizó el Gobierno para comunicar que el avión del presidente iba a desplazarse al aeropuerto de Castellón y la fecha de la misma. Nada.
La Secretaría General de la Presidencia del Gobierno, según la propia agencia, se ampara en el acuerdo del Consejo de Ministros de 28 de noviembre de 1986 para rechazar la solicitud en amparo de la Ley de Transparencia, el cual clasificó determinados tipo de información utilizando la Ley de Secretos Oficiales. Uno de ellos son "los informes y datos estadísticos sobre movimiento de fuerzas, buques o aeronaves militares".
Tal y como publicó ESdiario, el coste de la hora de vuelo de los Falcon 900B supera los 5.600 euros. Y el trayecto entre Madrid y Castellón es aproximadamente de una hora y media (ida y vuelta). Ya van 8.400 euros.
Pero es mucho más, puesto que el consumo de combustible se dispara en trayectos cortos. Y a todo ello hay que sumar las dietas del personal de seguridad y de la tripulación, que además en este caso durmieron fuera de casa por lo tarde que acabó el concierto.
Así que la factura total superó de largo los 10.000 euros. No obstante los españoles nunca sabrán exactamente por cuánto.