Casado y Feijóo hacen piña ante un Sánchez desbordado por el separatismo
El PP se conjura en una convención nacional extraordinaria que presidirá Feijóo, mientras el mismo Gobierno que llegó a La Moncloa gracias al nacionalismo exige ahora apoyo frente a él.
Casado y Feijóo reman en la misma dirección y pretenden ayudarse, codo con codo, en la tarea de devolver lo más pronto posible al PP a La Moncloa. Esa sintonía ha quedado clara con el anuncio del presidente popular de que la formación celebrará, los próximos 1 y 2 de diciembre, una convención nacional extraordinaria, que será "liderada y coordinada" por el presidente del partido en Galicia y presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.
Así lo ha confirmado en el acto de inicio del curso político celebrado en Cerdedo-Cotobade (Pontevedra), siguiendo la tradición gallega instaurada por Rajoy, en el que ha subrayado que esa cita de diciembre será "el punto de partida" para la elaboración de los programas electorales y para abordar la "actualización" de la Constitución. "Le voy a proponer (a Feijóo) que verse sobre la apertura del partido a la sociedad, que la reflexión se centre también en actualizar, que no reformar nuestra Constitución", ha afirmado.
Casado ha abogado porque la convención sirva para fortalecer la defensa que el PP hace de España como "estado social y democrático de derecho", ante los "falsos demócratas", y ha apostado por trabajar para que la gente "vuelva a reconectar" con ese marco constitucional.
El PSOE, desesperado
Lo curioso es que la apuesta del PP ha coincidido con una sorprendente exigencia de un Gobierno que empieza a estar superado por el nacionalismo que, sin embargo, aupó a Pedro Sánchez a la presidencia del Ejecutivo.
Sin ningún pudor, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha instado a las fuerzas políticas del país a "arrimar el hombro" ante la "crisis" de Cataluña, en una España constitucional, en la que la comunidad catalana "tiene su sitio" y en la que apela a que "la política vuelva a la política", con pactos en los que todos "cedan y escuchen".
A un día de que se cumplan tres meses de la llegada de Pedro Sánchez al gobierno de la Moncloa, Carmen Calvo, ha afirmado de forma tajante que al PSOE "ningún otro partido le puede decir nada" ante la crisis de Cataluña, y ha apelado a que "frente a esta situación hagan el favor de arrimar el hombro, con cordura" pero también con "patriotismo". "Porque somos patriotas de izquierdas, por España, por Galicia", ha agregado.
Tras recordar que el PSOE respaldó al gobierno de Rajoy, "sin mirar si convenía o no" a los socialistas, cuando se le solicitó su apoyo en la aplicación del artículo 155, ha defendido que el Gobierno tiene un proyecto "de salida" ante los "desajustes" que ha admitido que se han producido cuarenta años después de la creación del Estado de las Autonomías.
Lo que la vicepresidenta no dijo es que el separatismo fue muy claro a la hora de poner precio a su respaldo a la moción de censura y que Sánchez, derrotado por dos veces en las urnas en apenas seis meses con los peores resultados electorales de la historia del PSOE, aceptó pagarlo con tal de llegar a La Moncloa, tras haber negado en reiteradas ocasiones que estuviera dispuesto a pactar con partidos secesionistas.
Una propuesta imprecisa y ya rechazada
Además, Calvo volvió a insistir, en el acto celebrado en Santiago de Compostela, en una propuesta al soberanismo que éste ha descartado en incontables ocasiones ya al considerarla insuficiente. Con muchas vaguedades, la también ministra de Igualdad volvió a hablar de un proyecto sustentado sobre el respeto a la "diversidad territorial", que tendrá que "coordinar y revisar" el modelo en el que "cabe todo el mundo, incluida Cataluña", con "la Constitución en la mano" y con el Estatuto de Cataluña, y basado en un "diálogo" que debe entenderse como una asignatura "optativa, no troncal y obligatoria".