La racha de embarazos y partos en Podemos: Iglesias, Garzón, Kichi y Espinar
La "tribu", como ellos mismos la definen, crece en Podemos: dirigentes de primera fila acaban de ser padres o anuncian a bombo y platillo su futura paternidad, algunos tras boda a lo grande.
La natalidad en España está en retroceso, pero no será por los principales dirigentes de Podemos. Buena parte de ellos acaban de ser padres o anuncian que lo será en breve, siguiendo la estela de Pablo Iglesias e Irene Montero, cuya descendencia ha suscitado tanta expectación como la de un miembro de la Casa Real. Al fin y al cabo, ellos son de alguna manera los Reyes de esa tribu.
Los últimos en sumarse a la tendencia han sido Kichi González y Teresa Rodríguez, alcalde de Cádiz y lideresa de Podemos en Andalucía, una especie de facción insurgente que no acepta el liderazgo de Iglesias desde Madrid y actúa con independencia. Rodríguez, que incluso muestra ya cierta barriguita en sus perfiles en las redes sociales, vivirá embarazada la agotadora campaña electoral que, si nada cambia, comenzará ya mismo y culminará en noviembre con el paso de los andaluces por las urnas.
El padre, con quien conforma una de las parejas políticas más célebres de la vida pública española, ya tiene dos hijos de un matrimonio previo, y tampoco esconde la buena nueva siguiendo la estela de los Iglesias-Montero, paladines de haber convertido la gestación y el parto en un elemento público desde el primer momento hasta el feliz desenlace.
La inclusión de los bebés en el relato político de Podemos ha traspasado ya la barrera del asunto personal
Pero hay más. El secretario general de Podemos en la Comunidad de Madrid, Ramón Espinar, también va a ser padre en los próximos meses, según revela LOC en El Mundo, aunque a diferencia de todos sus compañeros, ha preferido guardar el secreto: nadie sabe para cuándo y ni siquiera quién es la madre, por respetable decisión de un dirigente que, a diferencia de su jefe y de sus compañeros, ha preferido optar por la discreción.
Algo extraño. La inclusión de los bebés en el relato político de Podemos y de otros partidos de similar corte ideológico ha traspasado la barrera del asunto personal para formar parte del discurso.
Irene Montero, en su casa (no aclara si de Galapagar) esta misma semana
Carolina Bescansa, la fundadora hoy caída en desgracia, dio el primer paso llevándose a su bebé a la sesión de conformación del Congreso y le paseó de mano en mano por los escaños para, supuestamente, lanzar un mensaje sobre la conciliación de la vida familiar y laboral. Aquel bebé no volvió al Congreso, al menos en público, lo que demostró que o ya no conciliaba de repente o que no era necesario el numerito.
También Garzón
Alberto Garzón es el séptimo dirigente de Podemos que convierte la paternidad es materia pública. Tras una célebre boda por todo lo alto con luna de miel en Nueva Zelanda, visitando las montañas donde se rodó 'El señor de los anillo', el coaligado líder de IU acaba de ser padre de una niña, de nombre Olivia, que le acerca al tópico burgués que tan poco parece gustarle: trabajo fijo bien remunerado, boda con banquete, casa en propiedad e hijos.
La paternidad es un asunto privado, pero para Podemos y siglas de parecida inspiración política, lanza también un mensaje sobre la forma de entender la organización de la sociedad. Lo dijo hace apenas dos años Anna Gabriel, lideresa en el voluntario exilio de la CUP: "La concepción de la maternidad o de la paternidad no está tan individualizada, no se centra con un núcleo tan pequeño como aquí -la familia nuclear-. La concepción es que quién educa es la tribu".
Y tribu fue precisamente la expresión utilizada por Iglesias y Montero para anunciar que gracias a ella habían salido adelante su retoño, con un dato elocuente al respecto: el intercambio entre distintas madres de la leche materna para sacar adelante a los bebés de todos. Y de todas. Quizá la próxima sea Rita Maestre, recién casada en un espléndida ceremonia en una ilustre finca de propiedad de uno de los más acaudalados miembros de la sociedad toledana.