Los seis fracasos estrepitosos de Sánchez hacen cundir el pánico en el PSOE

"Una cosa es gobernar la cuenta de Twitter de La Moncloa, y otra el Boletín Oficial del Estado". Este es el sentir de muchos dirigentes del PSOE, especialmente en el ámbito territorial, entre los que se ha instalado una creciente sensación de nerviosismo, transcurridos los primeros 103 días del gobierno de Pedro Sánchez.

Y es que pese al esfuerzo del líder socialista por presentar estos primeros tres meses como un ejemplo de alternativa progresista y de agenda reformista, en buena parte del partido se considera que el Ejecutivo ha naufragado víctima de ·"contradicciones, rectificaciones y novatadas". Este mismo miércoles en el Congreso, en la apertura del nuevo periodo de sesiones, era bien visible el nerviosismo de los altos cargos de La Moncloa y de la plana mayor de Ferraz.

La dimisión de Carmen Montón, tras una gestión calificada de "rocambolesca" por fuentes socialistas, y la pregunta de Albert Rivera a Sánchez sobre su tesis doctoral desataron una furibunda reacción de la bancada socialista.

Incluso, el presidente llegó a amenazar -según fuentes naranjas- a Rivera. Y La Moncloa presentó este miércoles una insólita protesta formal contra la presidenta Ana Pastor, por permitir su pregunta sobre la tesis.

Lo cierto que el sector del PSOE que defiende la necesidad de convocar elecciones generales antes de la municipales y europeas para evitar el impacto de las hipotecas de la moción en sus candidatos habla de un partido "desnortado, sin impulso y sin voz" víctima de las estrategias diseñadas -critican- por el gurú de Sánchez, su jefe de gabinete, Iván Redondo.

Un Redondo volcado en perfilar la agenda internacional y la imagen de Sánchez más que en coordinar un programa y una acción de gobierno. Y un Redondo que, además, mantiene una doble guerra declarada contra la vicepresidenta Carmen Calvo y contra el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver.

Los reproches del PSOE a Adriana Lastra: El partido no marca la agenda del Gobierno y el Grupo Parlamentario es incapaz de articular pactos con los socios de la moción

Las fuentes socialistas consultadas por ESdiario en el socialismo andaluz, castellano-manchego, aragonés y valenciano, ironizan sobre la campaña que Sánchez inició en Oviedo el pasado domingo para hacer balance de sus primeros 100 días y comprometer una agenda del PSOE hasta 2030. "Poco que presumir", reconocen.

Las dimisiones de dos ministros por la imprevisión de quien les eligió, Màxim Huerta y Carmen Montón. Y un tercero, el de Agricultura, Luis Planas, imputado. Otros varios "desaparecidos", entre los que citan a Reyes Maroto, Joan Guirao o el propio Pedro Duque, sin una sola iniciativa de calado en tres meses. Y a ello hay que añadir el "gol por la escuadra" del sindicato de prostitutas "colado" a la titular de Trabajo, Magdalena Valerio, que se ha cobrado el cese de su directora general

Después apuntan a la larga lista de rectificaciones. La política migratoria, la prometida y olvidada reforma de la financiación autonómica -que ha irritado a los barones-, el impuesto a la banca guardado en un cajón tras las advertencias del sector y el sainete de las bombas vendidas a Arabia Saudí, que ha comprometido la construcción de cinco corbetas para el país del Golfo. Y de paso, levantado en armas a los sindicatos de la Bahía de Cádiz, con el consiguiente enojo del PSOE andaluz, embarcado en unas inminentes elecciones autonómicas anticipadas.

El tercer capítulo que más de medio PSOE critica de la actual dirección apunta directamente a su numero dos, Adriana Lastra. Y abarca los dos sonoros ridículos parlamentarios con dos asuntos en los que, en teoría, contaba con el apoyo de sus socios: la renovación de RTVE y la senda de déficit, ambas saldadas con un fracaso. La purga en la televisión pública molesta hasta a los socialistas, que reprochan a Sánchez "haber entregado los telediarios a Podemos".

El cuarto agujero negro que preocupa y mucho a los dirigentes socialistas que han de afrontar elecciones en mayo es la economía. Se critica la desaparición de la superministra, Nadia Calviño, ante los primeros indicadores que han desatado todas las alarmas por su impacto en la economía real del votante: el aumento del paro, la escalada imparable del precio de la luz, el anuncio de subida de impuestos, la burbuja del alquiler y el impacto en el turismo del batacazo en la llegada de turistas por primera vez desde 2009.

El quinto fracaso de Sánchez, cada vez más evidente para el sector más tradicional del PSOE tiene que ver con Cataluña. Y se reprocha al presidente sus cesiones a cambio de "desplantes y amenazas" del independentismo. La "boutade" de la reforma constitucional y el salto al vacío de una nueva reforma estatutaria. Y hasta las opiniones personales a la BBC de un ministro tan respetado como Josep Borrell, han caído como un jarro de agua fría.

Y la sexta, la que comienza a generar mayores preocupaciones, es la de la falta de una estrategia electoral de cara a los comicios municipales, autonómicos y europeos de mayo próximo.

Sin candidatos aún designados en los destinos más decisivos, muchos creen que la política de gestos al electorado más radical -exhumación de Franco o eutanasia- solo engorda las expectativas de Podemos. De momento, en Madrid, Manuela Carmena ya se ha adelantando colocando al PSOE-M como claro actor secundario.

Con este escenario, muchos dirigentes de los que pelean cada voto visitando las agrupaciones locales del PSOE reconocen su nerviosismo con un Gobierno "débil y errático". Muchos, como Susana Díaz, han decidido comenzar a manejar sus tiempos ajenos a La Moncloa.