Sánchez usa a sus hijas pequeñas en el intento del Gobierno de cerrar la crisis
Su estrategia más populista y menos institucional fue motivo de crítica y de mofa en los primeros días de Gobierno socialista, ahora para tapar sus vergüenzas académicas ha ido más lejos.
Los que acusaban de populismo y mercadotecnia al Gobierno de Pedro Sánchez antes incluso de que explotara entre sus manos el "Caso Tesis" que le ha dejado contra las cuerdas, se llevaban este viernes las manos a la cabeza con los últimos movimientos del líder del PSOE.
El día en que hacía pública su tesis online, aprovechaba para dar lecciones de ejemplaridad a pesar de las acusaciones de plagio y ya que estaba, el Gobierno intentaba dar la vuelta a la tortilla exigiendo a PP y Ciudadanos que pidan perdón a Sánchez a quien han intentado "abatir" orquestando una campaña de ataque "indeseable" contra su persona esparciendo dudas sobre la originalidad de su tesis doctoral.
Un intento de cerrar en falso la tremenda crisis abierta en el seno del Ejecutivo, después de que La Moncloa publicara sus conclusiones sobre la tesis afirmando que "sólo" había un 13% de coincidencia en el plagio y seis horas más tarde colgando online la propia tesis.
Algo que de momento, no ha "colado" y el PP ya ha dejado claro que no se ha "desvanecido" la acusación de plagio y que seguirá pidiendo la dimisión de Sánchez, entre otras cosas porque si el plagio fue el listón para que abandonase el cargo la ministra Carmen Montón lo debe ser también para el presidente.
No contento con sus endebles explicaciones, Sánchez respondió a sus críticos como ha venido haciendo desde que accedió a La Moncloa: a base de mercadotecnia y marketing, con un golpe de efecto en el que no dudó en echar mano de sus hijas pequeñas a través de las redes sociales.
Así, publicó este viernes en su cuenta de la red social Instagram una tierna y sensiblera fotografía en la que puede verse un bloc de notas del Consejo de Ministros con mensajes de cariño que le han dejado sus hijas.
"Hola, soy yo y te quiero mucho, papi", "te quiero y mola mucho", puede leerse en letra infantil en una cuartilla salpicada de corazones y colocado sobre el protector de escritorio de piel que corresponde al presidente del Gobierno.
"Esta mañana, en la mesa del Consejo de Ministros, me he encontrado una sorpresa... ¡Os quiero!" ha escrito Sánchez como pie de foto, añadiendo como etiquetas (para facilitar que los usuarios de la red vean la fotografía al buscar esa palabra) palabras como "detalles", "cariño", "sorpresa", "orgullo de padre" y "CMin", éste último una etiqueta habitual en las redes sociales para asuntos relativos al Consejo de Ministros.
Todo ello al término de una semana en la que el Gobierno ha tenido que afrontar la dimisión de la ministra responsable de varias de sus medidas 'estrella', rectificar una decisión de venta de armas a Arabia Saudí y responder a las sospechas animadas por la oposición sobre la tesis doctoral del propio Sánchez. De hecho, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la portavoz ha tenido que responder a preguntas sobre el ánimo del Gobierno.
La difusión de fotografías o vídeos que mostraban una vertiente más humana y menos institucional de Sánchez ya fue motivo de crítica durante los primeros días de Gobierno socialista y llegó a motivar la presentación de preguntas parlamentarias en tono de mofa por parte del PP.
Guasa también la que se organizó rápidamente en Twitter entre los que criticaron que el presidente del Gobierno no tenga reparos en utilizar a sus hijas pequeñas en sus golpes de efecto.