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Junqueras baja a la tierra a Iglesias y mantiene intacto su chantaje a Sánchez

El líder de Podemos ha pinchado en hueso. El líder encarcelado de Esquerra le entrega sus condiciones al Gobierno: para hablar de los presupuestos, referéndum y trato de favor a los presos.

Pablo Iglesias, junto a Lucía Martín (de espaldas) y Jaume Asens, en la prisión de Lladoners.

Pablo Iglesias, junto a Lucía Martín (de espaldas) y Jaume Asens, en la prisión de Lladoners.

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Miguel Blasco

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La sala de visitas de una cárcel convertida en el epicentro de la política española. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha logrado este viernes escenificar su particular golpe de efecto mediático con su visita al presidente de ERC, Oriol Junqueras, en la prisión de Lladoners, donde cumple prisión preventiva acusado por el Tribunal Supremo de los gravísimos delitos de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos por el 1-0.

Al filo de las cuatro de la tarde, Iglesias accedió al centro penitenciario catalán. Y vistas las críticas por su papel de supuesto mediador de Pedro Sánchez para lograr el apoyo de Junqueras y de sus nueve diputados en Madrid a los Presupuestos Generales, Podemos y la formación independentista optaron por reconvertir el cara a cara Iglesias-Junqueras en una cumbre política bilateral en toda regla. Aunque saldada con un fracaso mediador. El independentismo sigue en su trece: o Sánchez hace gestos o no se sentarán a negociar los presupuestos de 2019.

Junto a Junqueras estuvieron presentes en la singular cita sus dos portavoces parlamentarios -en el Parlament y en el Congreso-, Sergi Sabriá y Joan Tardá. Y el líder morado acudió a Lladoners con la portavoz de los Comunes en Madrid, Lucía Martín, y el hombre de confianza de Ada Colau, Jaume Asens. Todo durante tres horas -no tenían límite de tiempo dado el carácter de "autoridad" de Iglesias como diputado- y sin las habituales mamparas de cristal que separan a los reclusos de sus visitantes.

Tras la reunión y en declaraciones a los periodistas a las puertas de la cárcel, Joan Tardá elogió la "empatía" entre ambas delegaciones pero al instante echó un jarro de agua fría a Iglesias y, por delegacion, al propio Sánchez.

"No nos sentaremos en ninguna mesa de negociación si no hay las condiciones adecuadas para hacerlo. Nos ratificamos en la idea de que si el Gobierno no hace un movimiento que permita sentarse en una mesa, no lo haremos", advirtió.

Un "movimiento" que los independentistas traducen como gestos claros en favor de los presos. Es decir, que la Fiscalía General retire el delito de rebelión y que se abra la posibilidad del indulto si los presos del 1-O son condenados.


El encuentro de Junqueras e Iglesias en casa del empresario Jaume Roures que perfiló la estrategia de acercamiento de Podemos a ERC.


Con este encuentro carcelario entre Junqueras e Iglesias, el líder de Podemos ejecuta un paso más allá en la estrategia que ambos dirigentes políticos perfilaron en agosto de 2017, en la cena que mantuvieron en el domicilio en Barcelona del empresario y propietario de Mediapro, Jaume Roures.

La estrategia de Iglesias pasaba entonces por sondear las posibilidades de un tripartito de izquierdas en España integrado por PSOE, Podemos y ERC; y las de otro similar en la Generalitat con ERC, PSC y los Comunes de Ada Colau.

Celaá: Iglesias, "delegado para nada"

Mientras, el Gobierno de Sánchez ha tratado en las últimas horas de seguir desmarcándose de la negociación de Iglesias con Junqueras. Su portavoz, Isabel Celaá, ha insistido tras la reunión del Consejo de Ministros que "Iglesias no es delegado del Gobierno para nada".

Por su parte, el líder del PP, Pablo Casado, ha reprochado a Pedro Sánchez que sea "rehén de las peores compañías y de los partidos que quieren romper España".

Y en la misma dirección se expresó la líder de Cs, Inés Arrimadas. "Ningún país serio puede negociar en la cárcel con gente que quiere salir y romper este país. Nadie debería negociar estos presupuestos con la gente que quiere romper este país. Las condiciones que pondrá el independentismo no serán mejoras en las condiciones de los ciudadanos, será impunidad", advertió.

Iglesias ha querido aprovechar su vista a Lledoners -a su llegada fue recibido con una bandera de España desplegada por dos personas- para saludar también a los Jordis, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, encuentro al que se sumaron también los exconsejeros del PDeCAT, Josep Rull y Jordi Turull.

El secretario general de la formación morada afirmó a su salida que es pronto para hablar de Presupuestos Generales del Estado, y que Podemos negocia en nombre de Podemos: "Ahora quien tiene que moverse es el Gobierno".

Iglesias añadió, eso sí, que "el nivel de acuerdo con ERC es alto" con Podemos y lanzó un mensaje de apoyo a los familiares de todos los soberanistas encarcelados.

El vehículo con Pablo Iglesias accediendo a la prisión de Lladoners.

El vehículo con Pablo Iglesias accediendo a la prisión de Lladoners.

Sergi Sabriá y Joan Tardá (ERC) accediendo a la cárcel para visitar a Junqueras.

Sergi Sabriá y Joan Tardá (ERC) accediendo a la cárcel para visitar a Junqueras.

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