Torra se mofa de Sánchez y da a Forcadell la principal medalla de la Generalitat
Ni la presión ciudadana y las permanentes cesiones de La Moncloa han sido suficientes. El independentismo vuelve a "escupir" la mano tendida con otra insolente provocación.
Carmen Forcadell, el día en que fue citada a declarar en el Supremo por el juez Pablo Llarena.
Tal vez noticias como esta ayuden a la cúpula del PSOE a entender la brutal desmovilización de gran parte de sus electorado que ha provocado la debacle sin precedentes del socialismo andaluz. Y es que son muchos en el entorno de Susana Díaz los que atribuyen el desastre en las urnas a las cesiones de Pedro Sánchez al independentismo catalán.
Y este martes se ha producido una nueva muestra de la humillación permanente al Gobierno en la que ha convertido Quim Torra y los golpistas la mano tendida del inquilino de La Moncloa. Con una nueva provocación en forma de burla a todas las instituciones: desde el Gobierno al Tribunal Supremo.
La consejera de Presidencia y portavoz del Govern, Elsa Artadi, ha sido la encargada de anunciar que el Ejecutivo de Quim Torra ha otorgado la Medalla de Oro de la Generalitat a la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, encarcelada por rebelión en la prisión Mas d'Enric, en Tarragona.
En la rueda de prensa posterior a la reunión del gabinete, la portavoz ha argumentado que el Govern reconoce su labor en la "defensa de los derechos humanos, el parlamentarismo y las libertades fundamentales, así como en el fomento de la lengua y la igualdad efectiva de género".
Artadi ha afirmado que, como presidenta de la Cámara catalana, Forcadell recibió querellas penales y se encuentra en prisión con una petición de 17 años de cárcel por "defender la soberanía del Parlament y los derechos de los diputados".
Otra segunda medalla ha recaído sobre el exmagistrado del Tribunal Constitucional Carles Viver i Pi-Sunyer, "uno de los grandes referentes del derecho y de la magistratura de este país con un gran compromiso con la democracia y los derechos políticos y sociales". Es, en realidad, el arquitecto jurídico de la llamada Constitución catalana que urdieron los golpistas.