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Ábalos enfada al PSOE por sus meteduras de pata: "¿Quién co... manda en Ferraz?

La bronca tras el batacazo andaluz golpea de lleno al grupo parlamentario socialista. Lastra se muestra incapaz de acallar el malestar y escucha de nuevo a los "susanistas" del Congreso.

El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos.

Publicado por
Miguel Blasco

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"¿Quién coño manda en el PSOE? Narbona es un florero, Lastra no sabe y Ábalos no puede". Este es el diagnóstico y la crítica de un alto dirigente de los socialistas madrileños ante el "caos" y la "deriva" en la que, a su juicio, se encuentra la cúpula de Ferraz, superada por los acontecimientos tras el 2-D.

Y pone un ejemplo gráfico este dirigente consultado por ESdiario: "en el PSM hay quien lleva un mes esperando una respuesta de Ábalos sobre el calendario para las primarias sobre los candidatos socialistas en Madrid.

Lo cierto es que varios altos cargos socialistas con responsabilidades electorales en distintas comunidades autónomas coinciden en su diagnóstico: Sánchez lleva seis meses "desentendido" del día a día del partido y ha delegado en su nuevo hombre fuerte, Santos Cerdán -secretario ejecutivo de Coordinación Territorial- las cuestiones orgánicas como interlocutor de los barones.

Y ha sustituido a su antiguo núcleo duro en Ferraz -los Lastra, Ábalos y su portavoz fallido Óscar Puente- por el Comité Electoral que apadrina el jefe de gabinete de Sánchez en La Moncloa, Iván Redondo. Un órgano que genera críticas en los territorios por una razón: el perfil bajo de su portavoz, Esther Peña, el nuevo rostro de la dirección en las comparecencias ante los periodistas.

Para estos dirigentes, que lo advirtieron en julio tras el triunfo de la moción de censura, el nombramiento del Ábalos como ministro de Fomento fue un "gravísimo error". Consideran que en el actual escenario político y en un año con una triple cita electoral, el secretario de Organización debería trabajar en Ferraz "a tiempo completo" y "patearse el partido región a región".

Lo cierto es que el en teoría número tres del PSOE no está teniendo unos días muy afortunados al frente del partido. Desató un incendio prematuro y enfadó a los barones enseñando a Susana Díaz la puerta de salida del PSOE-A, 48 horas después de la debacle del 2-D. Y ha asumido, titubeante, la voz del Gobierno tras las últimas salidas de tono de Quim Torra, hasta que le ha relevado en las últimas 24 horas la vicepresidenta, Carmen Calvo.

Pero, este martes, ha desatado un nuevo fuego interno al insinuar que Sánchez pensaba renunciar al Consejo de Ministros en Barcelona el 21 de diciembre. Dos declaraciones en nombre del Gobierno, dos rectificaciones fulgurantes de Sánchez a su secretario de Organización.

Muchos dirigentes socialistas se quejan: Sánchez "pasa" por completo del partido, volcado en sus viajes internacionales.

Por si fuera poco el caos y la desorientación en Ferraz y la guerra reabierta entre los barones y la dirección federal por el resultado andaluz, el ámbiente ha vuelto a enrarecerse en el Grupo Parlamentario del PSOE en el Congreso, en tregua desde el triunfo de la moción contra Mariano Rajoy y la llegada de Sánchez La Moncloa.

Sin embargo, los críticos han vuelto a alzar la voz. Este martes, en la reunión plenaria de los 84 diputados socialistas han tomado la palabra la exsecretaria de Estado de Cooperación, Soraya Rodríguez -autorizada voz del rubalcabismo- y Antonio Pradas, el hombre fuerte de Susana Díaz en Madrid.

Ambos han tomado la palabra, en ausencia una vez más de Sánchez en una cita del partido, para reclamar a la dirección autocrítica. Y en el caso de Pradas, para hacer hincapie en las consecuencias de la política del Gobierno en los resutados de Andalucía.

Les ha respondido Adriana Lastra para asegurar que la dirección está analizando con detalle el resultado y sus causas. Tras escuchar a la portavoz, Soraya Rodríguez volvió a tomar la palabra para compartir con el resto de los compañeros la lectura que ella hace del 2-D.

Sin negar que en el resultado han pesado los 36 años de gobiernos socialistas y los escándalos de corrupción como el caso de los ERE, ha llamado la atención sobre la influencia que ha tenido, a su juicio, haber sacado adelante la moción de censura contra Mariano Rajoy con el apoyo de los independentistas.

Los dos nombres, Lastra y Ábalos, elegidos por Sánchez en el 39 Congreso Federal para conducir su PSOE tiene su credibilidad bajo mínimos.