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Un manifiesto ve la luz y deja tiritando y roto a Alberto Garzón por arruinar IU

Los dos antecesores del dirigente comunista, Gaspar Llamazares y Cayo Lara, estallan y le cantan las cuarenta con un terrible diagnóstico: "Demagogias y miserias".

Alberto Garzón y Pablo Iglesias, socios en Unidos Podemos.

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Situación límite para Alberto Garzón. Lo que al principio fue un motín interno cobra aires de rebelión en toda regla. Una rebelión encabezada además por sus dos antecesores en la dirección de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares y Cayo Lara, que firman un diagnóstico terrible para sus votantes: Garzón lleva a su partido a la autodestrucción.

Los dos excoordinadores generales, junto a dirigentes y cargos públicos de la coalición de izquierdas han lanzado un manifiesto en el que denuncian que ni su organización ni Podemos han sabido hacer frente al avance de la derecha y la extrema derecha, por sus "estériles tacticismos cortoplacistas", sus "promesas demagógicas" o sus "miserias oportunistas".

En este escrito, que lleva por título Por una izquierda con futuro: hacer que lo necesario sea posible, los firmantes constatan que se ha abierto un "ciclo conservador tradicional", caracterizado por el avance de la extrema derecha, y defienden que "es urgente que la izquierda y las fuerzas progresistas inviertan esta deriva abandonando sus inercias, su confusión y su ambigüedad".

"La confianza mágica en que el tiempo acabará por darnos la razón, los discursos autocomplacientes, las promesas simplistas y demagógicas y las miserias oportunistas son lastres que es imprescindible eliminar", avisan.

Además de Lara y Llamazares, firman el manifiesto miembros de la dirección de IU críticos con Garzón como José Antonio García Rubio o la eurodiputada Paloma López, Tasio Oliver, del partido Izquierda Abierta, que lideran Llamazares y Montserrat Muñoz; el diputado valenciano Ricardo Sixto, impulsor del sector crítico Coordinadora de militantes Independientes de IU; el ex líder de IU en Andalucía Diego Valderas; o el alcalde de Zamora, Francisco Guarido.

Los impulsores de esta iniciativa reprochan a Garzón y Pablo Iglesias el acuerdo "cupular" de confluencia que alcanzaron para concurrir como Unidos Podemos en las generales de junio de 2016, en las que los resultados demostraron, a su juicio, que este tipo de pactos "no siempre suman, sino que, en ocasiones, restan y dividen".

"La deseable aspiración a la unidad de acción de la izquierda política y social española debe ser real y basarse en el respeto a la pluralidad y no en pretensiones de hegemonía excluyente, en el reproche mutuo, en estatutos de limpieza de sangre o en estériles tacticismos cortoplacistas", reclaman.

En esta línea, critican a las direcciones de IU y Podemos por "arrojar al sumidero de la historia" la "ligera mayoría" que consiguió la izquierda en las elecciones generales de 2015, y por haber forzado unas nuevas elecciones en las que la derecha "recuperó su hegemonía".

Así, critican que mientras en Portugal se constituyó en 2015 un gobierno progresista, "la izquierda española apenas prestó atención a este hecho porque estaba demasiado ocupada en conseguir (o evitar, según el caso) el famoso sorpasso y porque algunos estaban demasiado distraídos con la supuesta, próxima e inevitable ruptura del régimen del 78 y con remediar el "fiasco" de la transición".