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Torra arrastra a Sánchez a su terreno a cambio de más tiempo en La Moncloa

Guerra de nervios entre el presidente del Gobierno y el catalán en su cara a cara en Pedralbes. Pero al final, ambos han pactado para sobrevivir. Más diálogo y mano tendida por presupuestos.

Foto de familia para la polémica de Sánchez y Torra, ministros y consejeros.

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Miguel Blasco

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Guerra de nervios, versiones contrapuestas, portavoces enfrentados e intentos de emboscada. La primera cita del viaje del Gobierno a Cataluña se ha saldado este jueves con el segundo cara a cara entre Pedro Sánchez y Quim Torra y una escenificación -la del encuentro entre dos ministros y dos consejeros de la Generalitat- con distintas interpretaciones: un protocolario encuentro político para Madrid, una minicumbre para Barcelona.

Pero al final, una sensación predomina: la cita tenía mucha cocina previa en el fondo y ambos líderes buscan el oxígeno que necesitan. Sánchez el apoyo del PDeCAT y ERC a sus presupuestos para seguir en La Moncloa hasta 2020. Y Torra algo que vender a sus bases y una deuda que cobrarse cuando se produzca la sentencia del Tribunal Supremo sobre el procés. El terreno al que el independentismo quería llevar al Gobierno.

Todo comenzó al filo de las 7.30 de la tarde cuando Sánchez llegó al Palacio de Pedralbes donde le recibió Torra. Después, reunión entre ambos mientras en una sala anexa se habían citado la vicepresidenta Carmen Calvo y la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, con el número dos catalán Pere Aragonés y la titular de Presidencia, Elsa Artadi. Finalmente, una fotografía conjunta cerró la cumbre.

Después, Artadi compareció ante los periodistas para asegurar que ambas partes admiten la existencia de un "conflicto" en Cataluña y comparten "por encima de todo la apuesta por el diálogo efectivo". En este sentido, Sánchez y Torra se han emplazado a otra reunión en enero con miembros de ambos gobiernos tras constatar "grandes diferencias".

Según la portavoz de la Generalitat, en su encuentro Torra insistió a Sánchez en "la necesidad de dar una respuesta democrática y de respetar los derechos de la ciudadanía y de una regeneración democrática e institucional que tiene que transitar el Estado español".

Según Artadi, en el encuentro no se ha hablado de posibles indultos a los procesados por el procés ni tampoco del 155. Por ello, de la cumbre se cayó finalmente la consejera de Justicia, Ester Capella, cuya presencia confirmó la propia Artadi el miércoles.

Por su parte, Batet hizo un balance "positivo" de el encuentro y reiteró que el Gobierno "mira de frente el problema de Cataluña, sabiendo que es uno de los principales problemas políticos que tenemos en nuestro país". "Hoy se ha celebrado una reunión institucional entre el presidente del Gobierno y el president Torra. Y las interlocutoras habituales del día a día hemos aprovechado para vernos, dado que estamos todos aquí".

Guerra de nervios entre portavoces

Como prueba del desconcierto reinante baste esta escena como poco singular. Mientras una portavoz del Govern explicaba que en esa sala aparte permanecían reunidos Calvo y Batet con Aragonés y Artadi; desde La Moncloa ofrecían una versión diferente: un mero saludo y no una reunión de trabajo alrededor de una mesa.

Y, mientras, la polémica cita en Pedrabes ha vuelto a agitar las enrarecidas aguas del PSOE. Varios de sus dirigentes han criticado el formato elegido por Sánchez, ya que a su juicio la reunión Gobierno-Generalitat no es una "mini cumbre" sino una "cumbre" en toda regla con una evidente "carga de simbolismo". Como ejemplo, la llegada del presidente similar a la de una cumbre europea.

Algunos diputados críticos recuerdan que el formato final de este encuentro es el que se utiliza en las cumbres entre dos Estados y consideran que abrir la mano a una reunión entre dos gobiernos entra dentro del principio de aceptación de la soberanía que reclama el Govern para Cataluña.

En este sentido, argumentan que la reunión de ambos gobiernos es dar un trato especial ya que no se corresponde con el formato que mantuvo, por ejemplo, el Ejecutivo con ocasión de la celebración del primer Consejo de Ministros de Sánchez fuera de Madrid. Fue en Sevilla, y entonces la única reunión que hubo fue la de el jefe del Ejecutivo con la presidenta andaluza, Susana Díaz.

No obstante, los consultados están convencidos de que la decisión de Pedro Sánchez de aceptar la propuesta del Gobierno catalán se enmarca en su objetivo de aprobar el Presupuesto de 2019 para asegurarse la permanencia en el Gobierno hasta el final de la legislatura.

La reunión también ha provocado las agrias críticas de Pablo Casado y Albert Rivera:

A las puertas del Palacio de Pedralbes, en un ensayo general de lo que los CDR preparan para este viernes, medio centenar de independentistas protestaron por la reunión Sánchez-Torra. Otro grupo cortó el tráfico en la Diagonal. Un fuerte cordón policial blindó el escenario. Este viernes, las Fuerzas de Seguridad amanecerán en máxima alerta.

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