Sánchez impone el Secreto de Estado a los gastos públicos y privados de su mujer
El presidente se oculta en una ley firmada por Franco para esconder el coste para el contribuyente de un viaje de su mujer nada más fichar por una empresa privada.
Pedro Sánchez no quiere que se sepa cuánto costó el viaje de su esposa a Nueva York el pasado mes de septiembre, al que Begoña Gómez le acompañó con "agenda propia" en foros internacionales del máximo interés para la institución privada que, pocos días antes, la había fichado como directora de uno de sus centros de cooperación.
Así consta en un documento oficial de La Moncloa al que ha accedido ESdiario en el que, para no revelar el gasto que supuso para el erario público la presencia de Begoña Gómez, se apela nada menos a una Ley firmada por el dictador Francisco Franco en 1968 desarrollada luego en un acuerdo del Consejo de Ministros en 1986, con el objeto de calificar de "materia secreta" el coste de su esposa y acompañante.
Moncloa considera a la vez "oficial" la presencia de Begoña en la comitiva para no informar de sus gastos y "privada" para no dar cuenta de tras actividades
Aquel viaje del presidente a finales de septiembre incluyó contactos al máximo nivel en Canadá y Estados Unidos, con motivo de la asamblea de Naciones Unidas; tal vez el lugar más interesante para un ejecutivo de una empresa privada precisamente dedicada al mismo ámbito que la ONU, la cooperación internacional.
Y ése era el cometido encargado por el Instituto de Empresa a Begoña Gómez al designarla directora del África Center, una entidad creada ad hoc para la mujer de Sánchez al poco de llegar éste a la presidencia del Gobierno mediante una moción de censura.
Con ese nombramiento ya en vigor, Gómez se empotró sin previo aviso en la comitiva oficial del presidente, a la sazón de su marido, añadiendo al papel de acompañante de éste en actos institucionales como el encuentro con Donald Trump y su esposa, una "agenda propia" de la que solo se conoció sobre la marcha una visita a la Oficina Económica del Ayuntamiento de Nueva York o, entre otras casas, su asistencia a una recepción organizada por Melania Trump para las parejas de los mandatarios presentes en la ONU.
DOCUMENTO. Fragmento del documento de La Moncloa al que ha accedido ESdiario con el que se pretende dar categoría de "Secreto de Estado" a los gastos de la mujer del presidente en los que, además de acompañarle, desarrolló una "agenda propia" con asuntos "privados" que también se ocultan
Que además Gómez aprovechara para darse cuando menos a conocer en círculos beneficiosos para su actividad privada parece obvio con su mera presencia, no anunciada de antemano por la agenda oficial de la Presidencia; pero ni de eso ni de ningún otro detalle del viaje Sánchez quiere dar información.
"Secreto de Estado y agenda personal"
En concreto, en una reciente resolución oficial de la Vicesecretaria General de la Presidencia del Gobierno, Hilda Jiménez Núñez, a la que ha accedido este periódico; Moncloa esconde cualquier detalle relativo al coste y circunstancias de la presencia de Gómez pese a reconocer por escrito que ni ella ni otros acompañantes "viajaron a título personal, sino que formaba parte de la comitiva oficial".
Es decir, se considera "secreto de Estado" todo lo relativo a una figura sin encaje institucional en la arquitectura constitucional española, que no reconoce la existencia de una Primera Dama más allá de la Reina, y lo hace de manera sorprendente aferrándose a la Ley 9/1968 del 5 abril, rubricada en el BOE por Franco, que regula los Secretos Oficiales y en este caso se aplica con una estratagema: para evitar dar cuenta de los gastos o agenda de Gómez, se clasifica como Secreto Oficial todo el viaje presidencial y así se tapan los detalles relativos a la directora del África Center.
Presidencia clasifica de "Secreto de Estado", que es lo que afecta a la seguridad nacional, lo que Gómez pudiera haber gastado por cualquier concepto en USA o Canadá
Lo que la ley y su posterior desarrollo vía Consejo de Ministros apunta es que podrán ser declarados “materias clasificadas” si su conocimiento pudiera dañar o poner en riesgo “la seguridad y defensa del Estado”. Algo que, a juzgar por la respuesta de Moncloa, ocurriría con respecto a las actividades privadas de la Primera Dama, aunque fueran sufragadas con cargo a fondos públicos.
¿Y la agenda privada?
La estrategia de Sánchez para esconder a su esposa incurre en constantes contradicciones, interpretaciones sui géneris de la ley y directa opacidad; pues a la vez tilda la presencia de Gómez de oficial para no desvelar sus gastos y de "privada" para no contestar a los detalles de su agenda paralela.
Es decir, lo califica de "Secreto de Estado" apelando a leyes franquistas y a sentencias que no dicen eso para no especificar si los costosísimos vestidos que lució Gómez corrieron a cargo del contribuyente y, sin embargo, arguye que "no es posible informar" sobre el gasto en "los actos de la esfera privada" que indirectamente reconoce que hubo.
La resolución de la propia Moncloa, que hace así de juez y parte a expensas de otros caminos jurídicos que podrían derribar su muro, sí confiesa involuntariamente que todas las facturas que hubiera podido ocasionar la presencia de Gómez en Canadá y Estados Unidos fueron costeadas por el erario al reconocer que "el cómputo de dicho desplazamiento (el de Gómez) se imputa por su totalidad, no siendo posible la individualización para cada uno de los miembros que hubiesen compuesto la delegación, por lo que no es posible deducir la parte correspondiente al cónyuge".
Sánchez incluyó a su mujer sin previo aviso en la comitiva oficial y se niega a detallar el coste de su agenda pública o privada
Esto significa que todas las gestiones, desplazamientos internos, escoltas o gastos de representación que Gómez hubiera contraído para, además de acompañar a Sánchez sin aviso previo, atender su semiconocida "agenda propia" -del máximo interés potencial para su puesto privado en el Instituto de Empresa por los foros internacionales a los que acudió-; sí se abonaron desde las arcas públicas pero se intentan esconder ahora como "Secreto de Estado".
Fuentes jurídicas consultadas por ESdiario desmienten que la legislación en vigor o la jurisprudencia protejan la privacidad de los gastos del acompañante de Sánchez, sea quien fuere, pues la Ley sólo permite considerar "materia clasificada" a aquellos asuntos cuyo conocimiento público pudiera "dañar o poner en riesgo la seguridad y defensa del Estado".
Algo que no ocurre con los viajes de Begoña Gómez, como tampoco con otras expediciones de la pareja presidencial, utilizando el Falcon presidencial o helicópteros oficiales, a conciertos en Castellón este verano o a la boda de un familiar de la esposa de Sánchez en un pueblo riojano.
Tiene que dar la información
El propio Consejo de Transparencia (CTBG) ha comenzado a desmontar la treta de Sánchez para ocultar los enormes gastos de sus viajes, al censurar la designación de todos ellos como "secreto de Estado" para, en este caso especialmente llamativo, abonar desde el erario el coste público y privado de su propia mujer durante casi una semana.
“La Secretaría General de la Presidencia del Gobierno pretende dotar la consideración de clasificada, con carácter general, a la información sobre viajes del Presidente del Gobierno; argumento que, como ya hemos indicado, no considera válido este Consejo de Transparencia y Buen Gobierno”, sentencia el CTBG a preguntas de El Confidencial sobre el coste de otra gira latinoamericana del mismo Sánchez solo un mes antes de marcharse con su mujer a Estados Unidos y Canadá.