Sánchez implora apoyo pero Podemos y el independentismo le pasan sus facturas
Los males de origen de Sánchez, estallan con los Presupuestos: mientras el solloza apoyos, sus socios le tratan como un deudor que no paga. Para compensar, compara a todos con Bolsonaro.
Pedro Sánchez está desesperado e implora el apoyo a sus Presupuestos Generales, que dependen a la vez de Podemos y del independentismo, las dos fuerzas que le pusieron en Moncloa y ahora se cobran con estruendo la factura.
El presidente ha colgado este sábado un vídeo en Twitter para casi sollozar por la falta de respaldos firmes, intentando vincular la aprobación de sus cuentas a la existencia de un Estado de Bienestar en España que, a grandes rasgos, consume la mitad del dinero público siempre, gobierne el PSOE o lo haga el PP.
En realidad, la apelación de Sánchez a "revertir los recortes" es su manera de implorar un apoyo que, de no llegar, le obligará a convocar Elecciones Generales de inmediato. Si no lo logra, ése es el camino. Pero si finalmente lo consigue, no será gratis y su imagen quedará también maltrecha.
El independentismo lo tiene claro: sólo dará el visto bueno a los PGE si, a cambio, La Moncloa hace gestos políticos a favor de los políticos presos y, aún más, del autodenominado procés. Lo han dicho por activa y por pasiva los delegados de Puigdemont y de Junqueras, y en las últimas horas lo ha rematado el presidente del Parlament, Roger Torrent: "Esperamos movimientos políticos".
O más claro aún: "No habrá un apoyo a los Presupuestos hasta que se demuestre que hay una voluntad de afrontar políticamente el conflicto que vive Cataluña". Y para que no quede duda alguno de que la factura es conjunta de ERC y el PdeCat, al menos en esto, una frase final en una entrevista en RAC1: "Tanto ERC como el PDeCAT actuarán al unísono respecto a los PGE".
Quedarse tirado
Podemos tampoco afloja. Quiere colgarse en el cinto la cabellera de los PGE, como logro propio a vender ante una opinión pública que, de hace unos meses para acá, no conecta con casi nada de lo que cuenta o intenta el partido de Pablo Iglesias. Si se aprueban los presupuestos, serán los suyos, con sus condiciones. Y si no fructifican, será culpa de Sánchez por no aceptar sus propuestas.
Mientras, el jefe del Ejecutivo hace lo que puede, como en su intervención de este sábado en las redes sociales: "Es una apuesta decidida por el crecimiento inteligente, es decir, tenemos que apostar por el sector de la construcción y por la vivienda para garantizar así la accesibilidad y la reducción de edad de emancipación de muchos jóvenes de nuestro país". Y otras frases similares con poca sustancia pero alguna intención: que no le dejen tirado.
Ataques a PP, Cs y Vox
Para rematar la jornada, Sánchez se ha ido a Barcelona a presentar al candidato socialista a la alcaldía, Jaume Collboni, que parte muy atrás en los pronósticos: todos sus rivales suenan más, de Valls hasta Colau o Maragall, pasando por el popular Bou y a falta de saber quién presentará PdeCat e incluso Vox.
Para intentar compensar ese déficit, el presidente tira de mantra y mete en el mismo saco a todos sus rivales a la derecha, con un frase que se escuchará mucho en fechas venideras: "PP, Cs y Vox quieren involucionar España y retornar al pasado, y les ha comparado con el presidente de Brasil: son los Bolsonaros de la política española".