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El portazo de Bauzá saca a flote las luchas internas del PP balear por la lengua

La dirección nacional afirma que se va porque sabe que le quedan dos telediarios como senador. Su renuncia ha reabierto las heridas del Congreso de 2017 que nunca han cicatrizado.

Casado saludando a Bauzá.

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A Pablo Casado se le ha acusado estos meses en repetidas ocasiones de duro, pero nunca hasta ahora de ser un blando.

Y por primera vez lo ha hecho quien fuera presidente de Baleares, el hasta hoy senador del PP José Ramón Bauzá, que en la carta en la que renuncia a su militancia y a sus cargos apunta directamente al presidente de los populares por no meter en cintura al PP balear:

"¿Cómo es posible que la dirección nacional del Partido Popular defienda en sus discursos hasta la aplicación indefinida del 155 en Cataluña, mientras permite y potencia que en su propio partido se defiendan las mismas políticas que consideramos aberrantes cuando las promueven otras formaciones políticas?", se pregunta Bauzá.

La dirección nacional ha intentado poner sordina y restar importancia a la marcha del exbarón balear, diciendo por lo bajo que si se va es porque sabe que no iba a ser propuesto nuevamente como senador tras los comicios de mayo (es senador por designación autonómica, a propuesta del PP en el Parlamento balear). Y que por tanto su arranque de integridad es, en realidad, una forma de irse antes de que le echen.

Sin embargo, el adiós de Bauzá ha hecho aflorar nuevamente las tensiones existentes en el PP de Baleares sobre un asunto tan crucial como la política lingüística, entre partidarios y detractores de la inmersión.

La división se hizo patente en el Congreso regional en el que en marzo de 2017 Bauzá se enfrentó -y perdió- con el ahora presidente de la formación, Biel Company. Éste siempre se ha declarado un "regionalista", pero nunca un "catalanista".

En aquel cónclave a cara de perro, Company se impuso con el 72% de los votos, pero el tercio de militantes más españolista ha visto desde entonces con preocupación creciente cómo el PP balear niega el adoctrinamiento en las aulas o evita fotografiarse en las manifestaciones contra el nacionalismo.

Que la herida siempre ha estado abierta lo ha evidenciado este miércoles el propio Company con sus palabras de despedida, recordándole a su otrora rival: "El PP balear hizo un congreso en los que los afiliados decidieron la línea del partido y luego la persona que debía estar al frente, donde me eligieron a mí, yo solo puedo apoyar e impulsar esa línea".

A pesar de la forma en que ha sido despedido en Madrid y Mallorca, por la puerta de atrás, Bauzá fue un día un barón de éxito y peso en el PP. Con él al frente, en 2011 el PP obtuvo sus mejores resultados en las islas. Pero en 2015 cayó estrepitosamente, al pasar de 35 a 20 diputados.

Luchó contra la catalanización de Baleares, fue azote de los corruptos del PP antes que todos y un adelantado al sistema de primarias, que él puso por primera vez en práctica en el PP balear. Cuando Casado ganó el Congreso nacional de julio, Bauzá lo celebró. Ahora afirma que ya no votaría al partido en el que ha militado.

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