Los barones de Podemos amenazan a Iglesias con un "155" ante su autoritarismo

De la máxima firmeza con la que Pablo Iglesias amenazó hace días a Íñigo Errejón con expulsarle de Podemos, a la aparición este lunes de Irene Montero tendiendo la mano a su exnúmero dos y antecesor en su puesto de portavoz parlamentaria, han pasado varias cosas en la planta noble de la formación morada.

La primera, la dimisión de Ramón Espinar, desbordado y harto de ser un mero títere de su líder; la cumbre de barones regionales convocada en Toledo por el máximo dirigente morado en Castilla-La Mancha, José García Molina; y los primeros sondeos internos encargados por Iglesias tras la traición de su antiguo amigo.

Y es que el liderazgo de la pareja Iglesias-Montero ha alcanzado tal debilidad en las últimas horas que en Podemos se ha acabado el ordeno y mando cocinado en el chalet de Galapagar o en el despacho de Montero en el Congreso de los Diputados.

Iglesias se ha visto, por primera vez, obligado a dejarse aconsejar y consensuar la futura estrategia con los barones territoriales de su partido que se juegan el ser o no ser-algunos incluso la supervivencia- en las urnas de mayo.

Por eso, tras el golpe sobre la mesa que Iglesias dio hace días con su mensaje a los inscritos, Montero ha cambiado el guión con un discurso claramente conciliador argumentando que "ahora es necesario reconstruir puentes y cerrar heridas, por responsabilidad". El mismo mensaje que los dirigentes reunidos el viernes en Toledo se han encargado de trasladar al entorno del líder durante todo el fin de semana.

Los barones de Podemos, reunidos este pasado viernes quieren ahora voz y voto en Podemos.

Uno de los asistentes a la ya conocida como cumbre de Toledo lo ha explicitado este lunes con una contundencia dialéctica con escasos precedentes en Podemos. Y anunciando una especie de intervención, un remedo de 155 orgánico interno, en la cúpula que hasta ahora ha campado a sus anchas en la sede del partido en la madrileña calle Princesa.

Se trata del secretario general de Podemos en el País Vasco, Lander Martínez, que preguntado si no hay un exceso de "personalismo" por parte de Iglesias" aseguró que "pues puede ser". "Y tendremos que cambiarlo", recalcó.

Pero, peor parado sale aún el número dos de Iglesias, Pablo Echenique, cuyo brutal ataque a Errejón ha levantado ampollas en muchas sedes de Podemos de toda España. Fue cuando Echenique insinuó que el hoy aliado de Manuela Carmena se aferraría a su escaño "porque de algo tiene que vivir hasta mayo".

Para Lander Martínez -como otro muchos de los líderes que hablaron en Toledo este pasado viernes-, estas palabras de su secretario de Organización son, simple y llanamente, un "exabrupto". "Me pareció un error y así lo he trasladado internamente. La dirección debe solventar el conflicto por un camino responsable y no con exabruptos", enfatizó el líder de los morados vascos.

Ese ha sido el argumento expresado también por José García Molina, el líder de Podemos Castilla-La Mancha y promotor de la rebelión de los barones. "Podemos es un lugar del que nadie tiene que marcharse, la gente tiene que venir. Tiene que haber un debate interno porque no puede ser que Podemos sea una máquina que expulse a la gente", advirtió.

Como Martínez y García-Molina, el secretario general de Podemos Extremadura también remitió un mensaje a Iglesias. Y Angel Jaén se felicitó por la rectificación anunciada por Irene Montero. "Me alegro profundamente", dijo también este lunes en una comparecencia pública.

Con este recado incluido al núcleo duro de su dirección: "Cuando tenemos noticias como la de los últimos días es normal que nos pongamos nerviosos y cuando el corazón late rápido cuesta mucho más pensar, pasados unos cuantos días se asienta todo y se toma las decisiones mucho más sensatas".

Y con este discurso "renovador" llegan los barones territoriales al Consejo Ciudadano de este próximo miércoles. Con este 155 orgánico planeando sobre el hasta ahora incontestable liderazgo de Pablo Iglesias.