Guerra avergüenza a Sánchez y carga contra la panda de acomplejados del PSOE
El exvicepresidente del Gobierno convierte la concurrida presentación de su libro en el Congreso en un alegato contra las cesiones a los independentistas y en favor de los pactos de Estado.
Por edad no puedo recordar cómo eran los mítines de Alfonso Guerra que encendían a las masas ni glosar su proverbial y deliciosa maldad. Hasta este miércoles, cuando pude escucharle hablar de asuntos que bien conozco y cómo ha puesto literalmente en pie a todo el salón Ernest Lluch del Congreso de los Diputados.
Con el sugerente título La España en la que creo, el mítico dirigente socialista, artífice de la actualmente denostada Transición, empezó desde el arranque con su gracejo andaluz afirmando que este libro será bueno o malo, "pero es mío, pues lo he escrito yo".
También dijo que durante la Transición no necesitó ningún relator y que es una humillación que un presidente del Gobierno transija con los 21 puntos del president Torra. Que más que un desafío a la Constitución es propio de un psicoanalista, pues se pide una cosa y la contraria. Como por ejemplo, que haya independencia judicial pero que La Moncloa dé instrucciones a jueces y fiscales sobre el procés.
A Guerra le preocupa la mala imagen de España cuando él y su amiguito del alma Puigdemont hablan pésimamente de nuestro país allá donde pueden o que se aborden asuntos inconstitucionales con el presidente del Ejecutivo.
Interrumpido constantemente por aplausos encendidos de los asistentes, Guerra recordó las palabras de Indalecio Prieto en las que afirmaba que cuanto más mayor se hacía más español se sentía.
Alertó sobre los peligros que acechan a nuestra Constitución, ya sea por los revisionistas indocumentados, por los tibios que nada hacen por defenderla o por aquellos que sirviéndose de ella quieren o aniquilarla o crear 17 países distintos que revoquen la nación española.
De una claridad meridiana y con gran acierto en la selección de las palabras, Arfonzo, como diría un andaluz, plantea fórmulas para revitalizar la Constitución dentro de los márgenes que ella misma establece y habla de este texto como uno de los motivos principales para la modernización de nuestro país, resumen de todos los éxitos alcanzados hasta el momento y de fórmula ideal para enfrentarnos a cualquier desafío futuro que venga.
Guerra animó a los partidos nacionales a pactar los asuntos de Estado
Invitó a los partidos constitucionales a que pacten entre ellos las instituciones y los grandes asuntos del país y animó a los socialistas a sacudirse tabúes que impiden a los de izquierdas decir 'viva España', defendiendo a tu país como sea menester. No hay nada menos socialista, señaló, que quienes promueven que haya diferencias entre unos españoles y otros.
En la presentación le acompañaba la presidenta del Congreso, Ana Pastor, que recordó que acogió Guerra el socialismo tras leer profunda y profusamente a Antonio Machado. El profesor Francesc de Carreras destacó la valentía del autor al afirmar que escribe esto porque piensa que la Constitución está en serio riesgo, aunque parece que hay muchos que no lo ven y discuten la celebración de un golpe de Estado al que se trata de cubrir con indultos antes de que se celebre el juicio.
Las exigencias de Torra son una burla, afirmó este catalán acosado por el independentismo que recordó, parafrasenado a Pla, que el catalán tiene a ser una víctima y allí se encuentra profundamente cómodo. "Esto es un enfrentamiento entre catalanes, los que se dicen de verdad y losemigrados", remató, que después se extenderá al resto del país. No son conscientes los independentistas del profundo daño que están causando a su tierra y por ende a su causa, dijo.
Roca siempre habló de autonomía pero no de autodeterminación, Pujol sí fue el artífice de este enfrentamiento que se debe en parte a la inacción de gobiernos centrales y de los propios catalanes no indepes.
Entre el público había una amplia representación de Cs y, cómo no, del viejo PSOE
Entre el público pude ver a muchos dirigentes de Ciudadanos (José Manuel Villegas, Miguel Gutiérrez, Patricia Reyes), pues hay quien afirma que el partido naranja podría recuperar sus esencias y ser un grupo de izquierdas con visión de estado.
Grandes glorias como Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, con los zapatos que parecía que acababa de dejar una obra, o Rodolfo Martín Villa, que es absolutamente incombustible, daban la perspectiva histórica en un acto en el que estaban también desde Dolores Montserrat (a ver sise empapa de lo que allí se dijo pues es una oradora flojita) o José Manuel García-Margallo.
Paco Vázquez, Juan Carlos Rodríguez Ibarra (con chaqueta de pana negra, pues era un acto nocturno), José Enrique Serrano y Francisco Fernández Marugán ofrecían una imagen de un PSOE ahora desaparecido pero que incluso sus rivales políticos añoran, pues con ellos sí se podía pactar.
Ymelda Navajo, de la Esfera de los Libros, es en la actualidad la gran señora de las letras, que posibilita que todos los que tienen algo que decir lo puedan plasmar en una obra.