La escabechina de Sánchez: indulta a Patxi y condena al hombre fuerte de Susana
El responsable de Organización socialista, José Luis Ábalos, ha recibido en las últimas 24 horas una orden tajante de su jefe: "Máxima renovación sin que te tiemble la mano".
"Máxima renovación y rejuvenecimiento". Esta máxima habitual de los partidos en vísperas de cada convocatoria electoral llega a Ferraz con otras acompañadas y menos públicas: dar la puntilla a los críticos que se alistaron en el susanismo en las primarias previas al 39 Congreso Federal, premiar a los sanchistas que se abrasaron por su líder en el mandato de la gestora, acomodar a los ministros del "gobierno bonito" y pasar alguna factura individualizada al cobro por los convulsos tiempos pasados.
Es el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, el que ya tiene sobre la mesa de su despacho el dosier con las instrucciones de Pedro Sánchez para perfilar las candidaturas provinciales del 28-A con una conclusión unánime en todo el socialismo: las listas serán "muy distintas" que las de junio de 2016. "Una revolución", dice el sanchismo. "Una masacre", rumian los susanistas.
De la purga que se avecina, apuntada ya la pasada semana con dos puñaladas bien medidas -por lo que representan ambos- a Soraya Rodríguez y José María Barreda, parece que va a salvarse Patxi López.
El exlendakari y expresidente del Congreso, -el responsable de que Sánchez dimitiera como diputado al desobedecer la orden de apoyar la investidura de Rajoy- tiene casi seguro repetir como cabeza de cartel del PSE por Vizcaya.
Eso sí, escoltado por dos sanchistas con pedigrí, la ministra Isabel Celaá por Álava y Odón Elorza -uno de los diputados que se amotinaron contra la Gestora- por Guipuzcoa. López hace tiempo que no está en el círculo del líder y no recibió más premio que una presidencia de Comisión. Su predicamente en buena parte del socialismo vasco y las encuestas poco halagüeñas del PSE-EE han aconsejado a Ferraz no culminar la purga.
Sánchez y Ábalos, este martes en un abrazo durante la presentación de la campaña del PSOE.
Peor suerte va a correr uno de los emblemas del susanismo durante la guerra civil que desalojó y repuso a Sánchez en la Secretaría General: el diputado Antonio Pradas, hombre fuerte de la antigua lideresa. Baste un detalle: fue Pradas el encargado de llevar personalmente a Ferraz la lista con las dimisiones de la mitad de la Ejecutiva Federal para forzar la dimisión del hoy presidente.
Pradas, que el 26-J fue el número uno por Sevilla, ya sabe que su hueco lo ocupará la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Este martes, en declaraciones en el Congreso, Pradas se ha dejado querer con el ortodoxo "estaré donde el PSOE me ponga".
Pero en la lista andaluza llegan aires de renovación con Carmen Calvo encabezando la lista de Córdoba y el ministro Luis Planas, seguro cabeza de cartel por otra de las provincias de la Comunidad.
Sánchez y Ábalos están ofreciendo puestos de lustre -los uno y dos- a ministros y dirigentes más próximos al presidente. Maritxell Batet lo hará por Barcelona, la citada Celaá por Álava, Magdalena Valerio por Guadalajara y el propio Ábalos por Valencia. La ocasión definitiva para que, ahora sí, todo el poder del PSOE esté en manos del pedrismo. Para evitar futuros sobresaltos si hay terremoto a la vista entre el 28-A y el 26-M.