La pantomima de Torra y Junqueras en el Supremo para disimular su guerra brutal
El independentismo, devorado por sus batallas internas y por el juicio por el referéndum ilegal, cierra filas para evitar un desastre en las urnas. Aún a costa de hacer este "papelón".
La cita con las urnas obliga. A enfundarse los orgullos propios, aparcar las guerras intestinas y disimular para evitar un retroceso en las urnas, primero en las generales del 28-A y luego en las municipales -decisivas para la ofensiva independentista- del 26-M.
Por eso, Quim Torra y Oriol Junqueras han tratado de echar agua al incendio que la pasada semana avivó la reveladora fotografía que se convirtió en la portada de todos los diarios nacionales: la de Junqueras pasando olimpicamente y con un buscado gesto de desprecio al designado sucesor por Carles Puigdemont.
Así que, vistas las consecuencias y los comentarios, Torra, y el exvicepresidente catalán se han saludado y abrazado en el receso del juicio por el procés independentista que se está celebrando en el Tribunal Supremo .
El saludo ha tenido lugar justo antes de que Junqueras y los otros ocho acusados en prisión preventiva fuesen trasladados a la sala que el alto tribunal ha habilitado para que permanezcan durante el tiempo que la vista oral sea paralizada durante unos minutos o para comer.
A las 12.00 horas, durante la declaración del expresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) Jordi Sànchez, el presidente del tribunal, Manuel Marchena, ha decidido realizar un receso de media hora. Ha sido este el momento que han aprovechado los doce acusados, sobre todo los que están encarcelados, para saludar a sus familiares que han acudido a la sede judicial para presenciar el desarrollo del juicio como público.