Millo relata el clima de “acoso y violencia” en vísperas del 1-O en Cataluña
El exdelegado del Gobierno en Cataluña señala en el juicio del ‘procés’ cientos de actos de "intimidación” contra instituciones, cuarteles y sedes judiciales organizados desde semanas antes.
El exdelegado del Gobierno en Cataluña Josep Enric Millo ha descrito este martes durante su declaración en el juicio del 'procés' en el Supremo a la "trampa del Fairy" como una modalidad de agresión que sufrieron los agentes que participaron en el dispositivo desplegado en la jornada del referéndum del 1 de octubre en Cataluña. Consiste en verter detergente, para que el agente resbale y caiga al suelo "y luego les patearan la cabeza", ha explicado.
A preguntas del fiscal Javier Zaragoza, Millo ha recordado como a partir del 2 de octubre estuvo visitando a los funcionarios alojados en los barcos que atracaron en el Puerto de Barcelona porque "tenía interés en conocer la impresión de lo que habían vivido", y ha calificado sus testimonios de "estremecedores".
"Tuvieron que afrontar una situación muy difícil, habían estado cumpliendo con su deber y pude comprobar lesiones, dedos rotos, alguna fractura de pierna", ha enumerado, para añadir el caso de un chaleco antibalas "rajado de extremo a extremo, lo que no se hace con una uña", y que en dicho momento también alguno le confesó que había caído en la "trampa del Fairy".
En este momento del interrogatorio ha tenido que intervenir el presidente del tribunal, Manuel Marchena, que ha pedido a los asistentes que evitaran "murmullos y sonrisas irónicas".
Sobre el número de agentes heridos en total, Millo ha señalado posteriormente a preguntas de los abogados de las defensas que fueron 93, mientras que no ha conocido nunca de forma oficial el número de ciudadanos lesionados, que el día del referéndum pasaron de 40 a primera hora de la mañana a casi un millar al terminar el día según las declaraciones del miembros del exGovern.
Estas descripciones forman parte de la pormenorizada narración que ha hecho el exdelegado del Gobierno sobre cómo desde tres semanas antes del referéndum independentista se produjeron cientos de actos organizados de "hostigamiento, acoso, violencia e intimidación" a instituciones, cuarteles, agentes de Policía y Guardia Civil y comisiones judiciales. Concretamente, Millo ha situado el inicio de estos actos justo después de las llamadas leyes de desconexión -ley de transitoriedad y ley de referéndum- en el Parlament los días 6 y 7 de septiembre, ya que, concretamente la primera de ellas estableció en Cataluña una "especie de ficción" que generaba una "doble realidad", una situación que ha calificado de "kafkiana".
Por tanto, estas leyes y la "estrategia" del Govern y el Parlament, ha explicado, provocó "mucha incertidumbre" y fue entonces cuando comenzaron las "acciones de hostigamiento, asedio e intimidación", que ha elevado a más de 200, y que no cesaron hasta mediados de noviembre, una vez ya aplicado el artículo 155 de la Constitución.
Así lo ha contado Millo al tribunal que juzga el proceso independentista, a preguntas del fiscal Javier Zaragoza, que ha querido saber cómo vivió él esos días en Cataluña y cómo era el ambiente en las concentraciones de protesta que se sucedieron en las semanas en torno al referéndum ilegal. Millo no ha escatimado en detalles y ha relatado de forma pormenorizada y rotunda su experiencia.
De este modo, ha hablado de lanzamiento de objetos incendiarios, acoso a policías y guardias civiles, hostigamiento en los hoteles donde éstos se alojaban, acoso a comisiones judiciales y en las subdelegaciones del Gobierno en las cuatro provincias catalanas. "Se creó un clima de violencia tal que allí donde había una diligencia judicial había un grupo de personas para amenazar, hostigar e intimidar con el objetivo de impedir las acciones judiciales", ha explicado.
Los CDR y la tardanza de los Mossos en actuar
Millo ha destacado la capacidad de movilización -"en 20 minutos eran capaces de ubicar a 500 personas en un sitio y en 30 cambiarlas de sitio"- a través de redes sociales y mensajes de Whatsapp que se vio durante esas semanas de septiembre y octubre de 2017, en la que los Comités de Defensa del Referéndum (CDR) -después reconvertidos en Comités de Defensa de la República- adquirieron "una importancia tremenda".
El exdelegado del Gobierno ha situado a los CDR en el último escalón de una estrategia en cuya cúspide ha situado al Govern, el Parlament y la "sociedad civil organizada" a través de organizaciones como la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, alrededor de las cuales "gravitan otras entidades más pequeñas que tienen vinculación directa o indirecta con los CDR".
El fiscal Zaragoza ha querido saber entonces cuál fue la actuación de los Mossos d'Esquadra en esas semanas y si la Delegación del Gobierno percibió apoyo en la policía autonómica para hacer frente a las protestas y los actos de "acoso" y "hostigamiento". Sin embargo, Millo ha lamentado que su apoyo "no siempre fue todo lo eficaz que pudo haber sido".
De hecho, ha afirmado que a veces tardaban "horas" en llegar a la llamada de policías y guardias civiles. Y además, ha dicho que no recuerda que el entonces conseller de Interior, Joaquim Forn, para abordar este problema.
Y es que, según el exdelegado del Gobierno, la versión oficial que transmitía la Generalitat esos días es que las concentraciones eran "actos poco menos que festivos y folclóricos". "Pero todos pudimos ver que la intención era otra; las llamadas eran a la defensa de las instituciones", ha apuntado.
También ha indicado que durante el ejercicio de su cargo tuvo ocasión de hablar con el exvicepresidente Oriol Junqueras, quien le transmitió que "comprendía que todo esto podía crear una situación complicada" y que él no era "partidario de que todo fuera tan deprisa" en lo que respecta a la convocatoria del referéndum, pero que igualmente estaba "absolutamente comprometido" con los planes del Govern de Puigdemont.
Pero una de las cosas que más sorprendió al entonces delegado del Gobierno fue que una frase que le dijo Junqueras: "Soy independentista, lo he sido siempre y no tengo que demostrarlo. Otros en mi Gobierno no lo habían sido nunca y ahora tienen que hacer un esfuerzo muy importante para demostrar que lo son".