Los mandos de la Policía y la Guardia Civil ajustan cuentas con Trapero
Han sido los funcionarios, los que vivieron en primer persona la deslealtad del jefe de los Mossos, los que han dejado, con pruebas, al exmayor a las puertas de una condena.
Si una imagen vale más que mil palabras, posiblemente la que ilustra esta información resume a la perfección la situación en que ha quedado el exmayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, una vez que los jefes policiales del 1-O han desfilado por el banco de los testigos del Tribunal Supremo. Con la necesidad de que su abogada diseñe una buena estrategia de defensa para el juicio que pesa sobre él.
Y es que tras la fase de los políticos, han sido los funcionarios los que han dado, con todo lujo de detalles, las pruebas al tribunal de dónde comenzó a gestarse el golpe al Estado culminado en el referéndum ilegal del primero de octubre de 2017: en la cúpula de la Policía catalana, la misma que debía impedirlo por mandato judicial y por su función de garante del cumplimiento de la ley.
Así que el próximo jueves, cuando Trapero se siente frente al tribunal como testigo -su causa judicial por sedición se dirime en la Audiencia Nacional- va a tener que esforzarse mucho para desmentir los apabullantes testimonios del trío de funcionarios que le sufrió: el mando único, el coronel Diego Pérez de los Cobos; el comisario jefe de la Policía en Cataluña, Sebastián Trapote; y el general jefe de la Guardia Civil, Ángel Gozalo.
El jefe de la Guardia Civil en Cataluña durante el 1-O, Ángel Gonzalo.
Estos tres funcionarios de largo recorrido y amplia experiencia no han ocultado la estupefacción que les produjo la actitud de Trapero, con el que han ajustado cuentas. Primero, De los Cobos ha revelado como el jefe de los Mossos se negó a acudir a las reuniones de coordinación y cómo, pese a que la orden venía de la Fiscalía, no reconoció nunca su autoridad.
Trapote, el responsable del Cuerpo Nacional de Policía, ha confirmado cómo tras negociar con el exmayor, se vio obligado a poner en marcha un plan B. Colocar a los miembros de las FSE en sustitución de los mossos objetores.
Y el general Gozalo, ha desvelado que la "sombra de duda" sobre la posibilidad de que los Mossos d'Esquadra fuesen a cumplir la orden judicial de impedir la votación comenzó ya a mediados de septiembre, cuando la Policía Nacional y el Instituto Armado participaron en otras operaciones preliminares relacionadas con la prohibición de la consulta. Y comprobaron de primera mano que Trapero, más que trabajar por impedir el referéndum, lo hacía para facilitarlo.
Algunos abogados defensores, haciendo de la necesidad de virtud, han querido hacer hincapie en la beligerancia con la que los mandos policiales -con el exsecretario de Estado, José Antonio Nieto, en el arranque- han testificado contra el exmayor. Subrayando, además, que Trapero no puede, por el momento, defenderse.
Y es que el próximo jueves, ante el juez Manuel Marchena, Trapero tendrá además un problema: en su calidad de testigo comparecerá sin abogado defensor y obligado a decir la verdad.
Pero los mandos policiales, que han ajustado cuentas con un homólogo que nunca ejerció como tal, han dado todos los detalles. Respaldados además por amplia documentación, tráfico de emails y vídeos de todo tipo. La Audiencia Nacional le espera para que responda. Entonces será como acusado.