"Los sorayos" se extinguen: qué ha sido de los miembros del poderoso clan del PP
La marcha de Sáenz de Santamaría a Cuatrecasas cierra el círculo que empezó en julio. Los hombres y mujeres que formaban la guardia pretoriana de la vicepresidenta han separado sus caminos.
Con el fichaje de Soraya Sáenz de Santamaría como socia del prestigioso despacho de abogados Cuatrecasas se da por extinguido, ahora sí, el clan de los sorayos, un grupo de hombres y mujeres comandado por la exvicepresidenta que llegó a acumular un enorme poder dentro del Gobierno -no tanto del PP-. Y muchos enemigos también.
Ocho meses después de que el ojito derecho de Mariano Rajoy perdiera las primarias, los sorayos son al PP lo que el susanismo al PSOE: un recuerdo del pasado.
Quien más y quien menos, todos los que formaron parte de aquel grupo se han buscado la vida. Unos en la empresa privada, otros reciclándose dentro del PP. "En la vida hay que saber ser y estar, pero también hay que saber irse", afirmó este mismo lunes de forma muy gráfica quien fuera portavoz del Ejecutivo y un sorayo de pro, Íñigo Méndez de Vigo, al anunciar que deja la política después de 30 años.
Al mando de la fontanería de Sáenz de Santamaría estaba su mano derecha, María González Pico, que fichó a finales de 2018 por la agencia de comunicación Tinkle. Junto a ella estaban en La Moncloa Valle Ordóñez, que pidió el reingreso en el grupo parlamentario popular como asesora; y Begoña Fuentes, que ha vuelto a Génova 13 como directora del gabinete de la vicesecretaria de Comunicación, Marta González.
La que fuera directora de la Oficina Económica de la Presidencia, Eva Valle, ha recalado en la compañía Qed Economics. Y su marido, Alberto Nadal, exsecretario de Estado de Presupuestos, ha durado solo unos meses como secretario de Economía de Pablo Casado y ha retomado su carrera como técnico comercial del Estado. Ha pedido el traslado a Washington.
El hermano de éste, Álvaro Nadal, quien fuera ministro de Energía, también alto funcionario del Estado, ha echado la solicitud para trabajar en la Oficina Comercial del Reino Unido.
Alberto Nadal en el atril, observado por su hermano Álvaro.
La exsecretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez de Castro, continúa a la vera de Rajoy (fue ella quien le ayudó, por ejemplo, con su declaración como testigo en el juicio del procés).
Charo Pablos, quien fuera Secretaria General de Presidencia y otra destacada miembro del clan, ha vuelto a ejercer como abogado del Estado en la Audiencia Nacional tras la moción de censura. Y Edelmira Barreira, "Miri", a quien la exvicepresidenta situó como Comisionada del Gobierno frente al Reto Demográfico, se ha hecho un hueco como asesora en el grupo parlamentario popular en el Senado.
Con José Luis Ayllón, jefe de gabinete de Rajoy en su última etapa y un íntimo de Sáenz de Santamaría, aún no se sabe qué va a pasar. Durante estos meses ha permanecido en su escaño, pero ahora lo tiene muy complicado para repetir en la candidatura de Barcelona, puesto que los populares solo aspiran a sacar un diputado por dicha circunscripción y en principio el puesto de salida está reservado para Dolors Montserrat.
En cambio todo apunta a que sí tendrá un sitio destacado en las candidaturas a las elecciones generales Fátima Báñez, que en principio seguirá como diputada después de frustrarse la posibilidad de que se fuera a la Junta de Andalucía como consejera de Juan Manuel Moreno. Otro sorayo. Cristóbal Montoro, llegados a este punto, se está planteando jubilarse.
Por contra, el exministro Íñigo de la Serna hace tiempo que cambió el chip. En septiembre se incorporó a la empresa cazatalentos Seeliger y Conde, desde noviembre es asesor de la tecnológica NEC Ibérica y también lo es del Banco Interamericano de Desarrollo.
Él fue el primer sorayo en abandonar la política, el mismo mes de julio. Con el paso de Sáenz de Santamaría se cierra el círculo.