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La traca final de Trapero hunde a Junqueras y Forn y pone patas arriba el juicio

El exmayor de los Mossos reventó y ajustó cuentas con Puigdemont y el resto de cabecillas al final de su larguísima declaración. Todo ocurrió tras una jugada maestra del juez Marchena.

Trapero y su abogada.

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Josep Lluís Trapero apuntaló este jueves las acusaciones que pesan sobre Oriol Junqueras y Joaquim Forn en el juicio que se sigue en el Tribunal Supremo. Y es de imaginar que sabía lo que hacía: ajustar cuentas con quienes considera responsables de que haya acabado juzgado por rebelión en la Audiencia Nacional.

Después de cerca de seis horas de interrogatorio como testigo ante el tribunal que preside Manuel Marchena, la sorpresa saltó al final. El propio Marchena, que había impedido al fiscal Javier Zaragoza cuestionar al exmayor de los Mossos por dos reuniones clave que mantuvieron los mandos del Cuerpo con la cúpula política, le preguntó si quería aclarar qué le movió a solicitar dichos encuentros entre los días 26 y 28 de septiembre de 2017. Y Trapero recogió el guante y se explayó.

Durante cerca de diez minutos, contó con todo lujo de detalles cómo primero intentó que Carles Puigdemont y Oriol Junqueras detuvieran el referéndum y cómo, al ver que no lo iban a hacer, avisó de que irremediablemente se iban a producir "conflictos graves de orden público y seguridad ciudadana".

Trapero empezó relatando la reunión del 26 de septiembre con el president y el conseller de Interior, Puigdemont y Forn. "Les instamos al cumplimiento de la legalidad. No salimos de esa reunión especialmente satisfechos. Recibimos orden de la juez, vemos que eso no se está parando, hablo con Molinero y Ferrán (Joan Carles Molinero y Ferrán López, dos altos mandos de los Mossos que también estaban en la cita) y pido otra reunión al conseller Forn.

Esa segunda reunión se produjo el día 28. Trapero quería que además de Puigdemont y Forn estuvieran Oriol Junqueras y la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, pero esta última no fue. Dijo desconocer si porque nadie la había avisado.

"Empecé diciendo que allí íbamos como cúpula del Cuerpo y trasladamos una preocupación por el orden público y la seguridad ciudadana. Eso necesariamente iba a ocasionar conflictos graves de orden público y seguridad ciudadana. Les emplazamos a un cumplimiento de las resoluciones del Constitucional", contó.

Y añadió: "Les dijimos que nosotros íbamos a cumplir, que no se equivocasen con nosotros. Les dijimos que el cuerpo de Mossos no iba a quebrar nunca la legalidad y la Constitución y que no acompañábamos el proyecto independentista. Les dijimos que estábamos molestos con algunas declaraciones y que deberían ser conscientes de que estábamos notificados por el Tribunal Constitucional".

Las caras de algunos abogados de la defensa empezaron a cambiar, descolocados por el mazazo de última hora de Trapero. Hasta entonces éste había basado su declaración en defender la actuación de los Mossos, incluida la que se produjo el día 20 de septiembre en la Consejería de Economía.

A preguntas del letrado de Vox -que ejerce la acusación popular-, Javier Ortega Smith, Trapero contó por la mañana que si la secretaria judicial tuvo que salir de la Consejería por la azotea fue para "ahorrarnos el tiempo de volver a montar el cordón".

Hasta ese momento del big bang final, el exmayor de los Mossos únicamente había mantenido las distancias con el Govern y, todo lo más, había criticado a Forn por tener "un punto de irresponsabilidad" por sus declaraciones previas al 1-O y el papel de los Mossos.

A él y al coronel de la Guardia Civil al que el Ministerio del Interior puso al frente del dispositivo del 1-O, Diego Pérez de los Cobos, puesto que Trapero reconoció que su nombramiento no le sentó bien y que tuvo "discrepancias" con él sobre la actuación de los distintos cuerpos policiales.

El otro gran momento de la declaración del exmayor de los Mossos fue cuando reveló que desde dos días antes de la declaración unilateral de independencia tenían listo un plan para llevar a cabo la detención de Puigdemont y el resto. Lo hizo, en realidad, para dejar claro que él estaba del lado de la Fiscalía y de la ley.

Por el único por el que sacó la cara Trapero, además de por él mismo, fue por el expresidente de la ANC, Jordi Sànchez. De él aseguró que su intención siempre fue de hacer de "mediador" en las inmediaciones de la Consejería, nada más.