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El divorcio de Podemos: esta es la desbandada general de los amigos de Iglesias

Panorama desolador para el líder morado en el 28-A. Tendra que competir en la campaña con sus antiguos aliados. Salta por los aires su "matrimonio" con En Marea, Anova, Compromís y Comunes.

Pablo Iglesias se ha quedado solo para el 28-A. Sus aliados de 2016 le han dado la espalda.

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M.B

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Pase lo que pase en la noche electoral del 28A -y las encuestas no son nada halagüeñas-, el Grupo Parlamentario de Podemos en el Congreso y Senado se va a parecer muy poco al que irrumpió en 2016 como tercera fuerza política.

No solamente porque el errejonismo ha sido laminado totalmente. También porque los "amigos" territoriales de Pablo Iglesias no quieren saber nada de él. Saben que su marca penaliza entre las bases y han decidido volar en solitario.

Iglesias y Echenique no han logrado reeditar de forma íntegra sus confluencias en Cataluña, Galicia y Comunidad Valenciana para las elecciones generales debido a la escisión que éstas han sufrido por parte de algunos sectores o actores de las mismas. En el caso gallego, la falta de entendimiento les ha llevado incluso a perder el nombre de En Marea con el que concurrieron en los últimos comicios.

Tanto la citada confluencia gallega, como la catalana En Comú Podem, como la coalición Compromís-Podemos-EUPV: A la Valenciana llegan divididas a su cita con las urnas de abril, y así se confirmará este viernes a medianoche, cuando finalice el plazo para registrar ante la Junta Central Electoral las coaliciones para las generales.

El resultado será que algunos de los integrantes de las alianzas que se sellaron para las generales de 2015 y 2016 competirán entre ellos el 28 de abril, tras una legislatura en la que el partido morado ha hecho gala de su carácter plurinacional, poniendo de ejemplo precisamente a sus confluencias.

Una imagen que no se va a repetir: Iglesias junto a sus socios de los Comunes, Compromís y En Marea

En la Comunidad Valencia, Podemos e IU competirán contra Compromís; en el caso catalán, el sector soberanista de los comunes se integrará en las listas de ERC; y en Galicia, Podemos-EU se enfrentará a la corriente que se ha quedado con la marca de En Marea, lo que les obligará asimismo a cambiar de nombre. Además, Anova ha decidido no concurrir a los comicios, tras no llegar a un acuerdo con los morados e Izquierda Unida.

La dirección del partido morado aseguró a mediados de febrero, al confirmarse el adelanto electoral, que contaba con reeditar tanto su alianza con IU y Equo como todas sus confluencias de 2016, aunque ya asumía como descartada la posibilidad de llegar a un acuerdo con Compromís, tras la negativa del partido de Mònica Oltra.

Adiós confluencias

Finalmente, sus planes tampoco se han desarrollado como esperaban en Cataluña y Galicia, y los enfrentamientos internos y las fugas han llevado a dibujar un panorama muy diferente al que se cerró hace tres años. Sus electores de entonces se encontrarán ahora a los integrantes de aquellas confluencias divididos en varias listas, a lo que tampoco ayuda la confusión que se puede generar por el cambio de nombre.

Tras meses de desencuentros, la dirección de En Marea liderada por Luis Villares ha consumado su ruptura con Podemos, EU y Anova. Como consecuencia, En Marea presentará su propia lista, y competirá contra la coalición que todavía negocian a contrarreloj Podemos y EU, tras la decisión de Anova de no concurrir en las generales por la imposibilidad de llegar a un acuerdo.

En cuanto al caso catalán, la confluencia mantiene el nombre de En Comú Podem, pero pierde a su sector más soberanista, liderado por la que fuera exportavoz en el Parlamento catalán y ahora diputada no adscrita Elisenda Alamany y el todavía líder de EUiA Joan Josep Nuet, que este mismo viernes ha sido expulsado del grupo en la cámara catalana tras confirmarse que irá en un puesto de salida de la lista de ERC a las generales.

El adiós de Compromís

En cuanto a la Comunidad Valeciana, fue Compromís quien confirmó hace meses su intención de competir en solitario en las elecciones autonómicas, que además se celebrarán el mismo 28 de abril tras la decisión del presidente valenciano, Ximo Puig, de adelantar los comicios para hacerlos coincidir con las generales.

Este hecho, llevó a Podemos a dar definitivamente por descartado cualquier acuerdo a nivel estatal, sobre todo teniendo en cuenta que Compromís ya decidió en 2016, nada más iniciarse la legislatura, integrarse en el Grupo Mixto en lugar de en Unidos Podemos, tras intentar sin éxito tener grupo propio.

Y es que los vaivenes, los bandazos y la divisiones internas, sumadas al incendio tras la compra del chalet multimillonario de Pablo Iglesias e Irene Montero y la traición de Íñigo Errejon ha desenbocado en un sálvese quien pueda en el universo morado.

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