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Sánchez humilla a José Blanco y desprecia a Susana Díaz para imponer a los suyos

El líder hunde a Susana dejándole solo dos puestos en la listas y "mata" a uno de sus mentores echándole de las listas europeas, donde recoloca a su viejo amigo César Luena.

Sánchez, este domingo en Ferraz

Publicado por
Javier Rodríguez

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Seguramente José Blanco fue uno de los políticos más decisivos en el nacimiento político de Pedro Sánchez, pero también uno de sus principales detractores cuando, al caer Rubalcaba, el PSOE se tensionó como pocas veces y algunos de sus referentes jugaron al escondite... para beneficio del actual secretario general, un outsider que hizo fortuna con las dimisiones y miedos de quienes prefirieron esperar a tiempos mejores para dar el salto a Ferraz.

Pero también ha sido uno de sus más furibundos defensores, en esa montaña rusa que marca su relación política histórica, desde que alcanzara La Moncloa por la puerta de atrás, entreabierta por los independentistas. Nada de esto le ha servido al célebre Pepiño, el Alfonso Guerra de Zapatero, para salvar su puesto de eurodiputado.

Sánchez le ha echado, de manera casi humillante, al permitirle que le alabara durante meses, quizá como acto de contrición, para al final desalojarle de Bruselas y rescatar a otro viejo amigo, éste sí indultado: César Luena, su hombre para todo en el PSOE como Antonio Hernando lo era en el Congreso, le abandonó en los tiempos del "No es No", pero han debido pesar más los buenos recuerdos que las malas jugadas y el riojano vuelve en las listas europeas.

Humillar a Blanco, despreciar a Susana y rescatar a Luena: tres gestos para demostrar el poder que siente Sánchez

Son gestos de fuerza de Sánchez, que se siente indiscutible en el PSOE, con el airea demoscópico a favor y todos sus rivales internos arrasados o débiles. El segundo gran mensaje es a Susana Díaz, a quien Ferraz le salvó la vida tras la pérdida de la Junta de Andalucía para que, quizá, viera en primera fila quién manda ahora en los socialistas andaluces.

La imposición a dedo, y en contra de los militantes, de cuatro ministros por Cádiz (Marlaska), Córdoba (Planas), Almería (Guirao) y Sevilla (Montero); evidenciaron que a Sánchez le importa menos la opinión de los afiliados que subordinar a Díaz, y la propia sultana ha tenido que confesar este domingo que le han impuesto buena parte de sus listas.

Susana, molesta

"Tomo nota", aceptó a decir, visiblemente molesta por el desprecio que le hará recordar los tiempos en que ella eligió a Sánchez para pilotar la transición interna del PSOE: Rubalcaba se marchaba, Rajoy llegaba, y ella quiso promocionar a un desconocido para que, con los manguitos de un gerente provisional, le calentara la silla mientras ella ganaba las Elecciones andaluzas y desembarcaba por la puerta grande en Ferraz. Pero el General ocasional se quedó con los galones y de allí no se movió.

La humillación de Blanco fue saludada por él con un cortés "muchas gracias por estos años" que sugiere una próxima compensación. Pero la de Díaz deja, una vez más, la incógnita de cuán volverá a pelearse con Sánchez o, si éste repite en Moncloa, cuándo llegará la aniquilación definitiva de la andaluza.

Ferraz manda

De los nombres afines a Susana Díaz que el PSOE andaluz quería mantener en los grupos parlamentarios del Congreso y el Senado, Ferraz ha salvado únicamente a dos: Sonia Ferrer, de dos al Congreso por Almería, por detrás del ministro José Guirao; y María Jesús Serrano, de número tres al Senado por Córdoba y con opciones de conseguir escaño, según las estimaciones de la dirección federal del PSOE, informa Europa Press.

Antonio Pradas, propuesto por la federación andaluza de dos al Congreso por Sevilla y a quien Sánchez no perdona que entregara las firmas de los miembros de su primera Ejecutiva que dimitieron en 2016 para forzar la caída del líder, se queda fuera de la lista al Congreso, y sin tampoco acomodo en el Senado, como le ha ocurrido también a Carmen Cuello, propuesta de número tres al Congreso por Sevilla.

De todo loq ue pedía Susana Díaz, sólo le han concedido dos pírricos puestos. Y calla, qué remedio tras su derrota

La lista por Sevilla al Congreso queda con la ministra María Jesús Montero como número uno, seguida de dos por el histórico enemigo de Díaz en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, recién cesado como delegado del Gobierno en Andalucía, precisamente para que pueda concurrir en las generales.

De tres al Congreso por Sevilla en lugar de Carmen Cuello, cercana a Díaz, Ferraz ha impuesto a Beatriz Micaela Carrillo de los Reyes, presidenta de la Federación de Mujeres Gitana Fakali. De cuatro va Francisco Salazar, otro de los hombres de Sánchez, que trabaja como director de Estudios y Análisis en La Moncloa y que también es miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE.

La lista al Senado por Sevilla la encabeza el exalcalde de Alcalá de Guadaíra y diputado Antonio Gutiérrez Limones, seguido de Nieves Hernández Espinal y Juan Antonio Gilabert.

En Córdoba, la lista al Congreso que encabeza el ministro Luis Planas se completa con Rafaela Crespín en lugar de la opción de María Jesús Serrano, el diputado Antonio Hurtado Zurera y la 'sanchista' Teba Roldán. En la lista al Senado, van de número uno María Ángeles Luna Morales y Alfonso Muñoz Cuenca.

Más ministros

En Cádiz, la lista a la Cámara Baja que tiene al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, como cabeza de lista, se completa con Eva Bravo Barco y el diputado Juan Carlos Campo. La plancha del Senado la encabeza María Jesús Castro, miembro de la Ejecutiva Federal, seguida Alfonso Carlos Moscoso y Cándida Verdier. Queda fuera por tanto el 'susanista' Juan Carlos Ruiz Boix, que había sido propuesto de tres al Congreso.

La lista al Congreso por Almería, que encabeza el ministro de Cultura, José Guirao, queda con la susanista Sonia Ferrer de dos, Indalecio Gutiérrez Salinas, de tres y Soraya Mata, de cuatro. Como senadores, optan de número uno Fernando Martínez, director general de Memoria Histórica y miembro de la Ejecutiva de Sánchez, al que siguen Inés María Plaza y Juan Carlos Pérez Navas.

Al término del Comité Federal, donde nadie ha tomado la palabra tras la intervención de Pedro Sánchez, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha negado que se haya mantenido un "pulso" entre la dirección federal y la federación andaluza. "Somos un partido serio que cumple sus normas y lo que más nos importa es presentar unas listas que estén a la altura de lo que España espera de los socialistas", ha señalado.

El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, ha subrayado que éste "era el momento de la dirección federal" para conformar unos grupos parlamentarios en el Congreso y al Senado a su medida, como Ferraz permitió hacer a Díaz en las listas a las andaluzas del pasado dos de diciembre.