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Sánchez oculta el documento con la agenda escrita del separatismo para apoyarle

El líder del PSOE se niega a dar a conocer un documento en su poder donde la Generalitat, que difunde su versión, le pasa su factura para volver a hacerle presidente.

Sánchez y Torra, en Moncloa, junto a la documentación de ESdiario

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¿Tiene Pedro Sánchez una agenda oculta con el separatismo catalán? La sospecha no es infundada. El 20 de diciembre pasado, en su controvertida visita a Quim Torra, el presidente de la Generalitat le entregó a su homónimo en Moncloa un documento supuestamente oficial y único en el que, en 21 puntos, detallaba las peticiones del independentismo para sostener su apoyo al Gobierno socialista.

Sánchez nunca difundió aquel documento, cuya única versión trascendió dos meses después, desde la propia Generalitat y en catalán, sin que el Ejecutivo confirmara que ésa era exactamente la carta entregada por Torra al presidente del Gobierno, que tampoco aprovechó la circunstancia para hacerla pública.

No es una casualidad. De manera premeditada, según la documentación en poder de ESdiario, Sánchez se ha negado a hacer pública la carta entregada en mano por Torra para cotejar si coincide con la difundida por la Generalitat o contiene exigencias distintas.

Sánchez se ha negado de forma premeditada a enseñar las peticiones por escrito de Torra, guardadas bajo llave en Moncloa

El pasado 25 de enero este periódico formuló una petición de información para conocer, con exactitud, si el documento en poder de La Moncloa y el difundido por Quim Torra son el mismo o, por contra, difieren de algún modo: pasado el mes que la ley fija para contestar al requerimiento, la respuesta ha sido un sorprendente silencio, ya recurrido por ESdiario ante el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno para que obligue a Presidencia a acabar con su oscurantismo.

¿Nada de los indultos?

Es decir, el presidente del Gobierno se niega a confirmar si los "21 puntos de Torra" hasta ahora conocidos son los mismos que realmente le entregó o si, en una versión alternativa y privada, figuran otras exigencias que no aparecen en la carta difundida unilateralmente por la Generalitat, en la que no se citan, sorprendentemente, peticiones emblemáticas del PdeCat o ERC como la intervención en el juicio del Tribunal Supremo o la concesión de indultos a los eventuales condenados del "procés" por rebelión, sedición o malversación de fondos.

¿Por qué Sánchez oculta la "factura" del nacionalismo si supuestamente es la ya conocida a instancias de Torra? ¿Hay otras peticiones que no se dieron a conocer pero figuran en un supuesto documento alternativo? La última pregunta es una especulación, pero varios hitos contribuyen a activar, cuando menos, las alarmas.

Así, desde aquel encuentro en Pedralbes justo antes de la Navidad, todo el PSOE, empezando por Sánchez, ha sido premeditadamente ambiguo en sus respuestas y propuestas para el futuro de Cataluña y, además, se ha negado a comprometerse a no conceder indultos pese a la insistencia en la pregunta en distintas intervenciones públicas y de líderes como Pablo Casado, Albert Rivera o Santiago Abascal.

"Cuando haya sentencia, el poder político tendrá que posicionarse", comentó el propio Sánchez el pasado 10 de abril interpelado por su postura sobre los indultos, claramente defendidos por el 100% de los partidos que el auparon a la presidencia con la moción de censura y que, de cumplirse los sondeos conocidos, volverían a ser sus socios potenciales en la próxima legislatura. Su declaración textual es, más que ambigua, favorable a esa medida de gracia, pero sin decirlo abiertamente.

El líder del PSOE no ha querido mojarse en lo que sí está en su mano, los indultos, limitándose en campaña a rechazar lo que en realidad no podría conceder ni aunque ésa fuera su intención: la celebración de un referéndum, que al afectar a la arquitectura territorial de España necesitaría siempre de una reforma inviable sin un respaldo de dos tercios del Congreso, de unas nuevas Elecciones y finalmente de un referéndum nacional.

"Más autogobierno"

Sánchez, en resumen, presume en campaña de rechazar lo que no está en su mano conceder, pero no aclara si tragará con lo que sí tiene al alcance en un Consejo de Ministros. Su silencio oficial, que apenas se rompe ni en un programa electoral premeditamente ambiguo en este punto, también avala otras conjeturas sobre el significado real de las dos únicas ideas que, sin precisiones, ha dejado caer en campaña: conceder "más autogobierno" a Cataluña y modificar su sistema de financiación.

Dos mensajes genéricos, que significan lo que cada uno quiera que signifiquen, pero que coinciden con el alud de declaraciones de destacados dirigentes del PSOE preparatorios del terreno futuro, sea cual sea éste: las de Miquel Iceta, más rotundas, fijando a finales de marzo la cifra de respaldo a la independencia que debería lograrse para concederla:

"Si el 65% quiere la independencia, la democracia tiene que encontrar el mecanismo para hacerlo posible (...) "Los independentistas deben retrasar el referéndum 10-15 años" (...) "Los partidos políticos españoles deberían proporcionar mayor autogobierno y una financiación mejor a Cataluña para arreglar la situación política".

Al silencio de Sánchez se le suma el apoyo indirecto al separatismo de Iceta o Batet, que alimenta una supuesta agenda oculta

O las más contenidas de Mertixell Batet, pero elocuentes en la misma dirección, el pasado viernes: "Si hay más de dos millones de personas en Cataluña que no reconocen como suyo ese marco constitucional, pretender imponerlo no nos va conducir a ninguna solución, habrá que sentarse a hablar, escuchar las razones y argumentos", explicó en una entrevista.

ERC y Podemos, en la línea

El ya adelantado apoyo de ERC a una investidura de Sánchez, anunciado en un insólito mitin de Oriol Junqueras desde la cárcel con el llamativo permiso de la Junta Electoral; o la apuesta de Podemos por un referéndum legal, cierran el paisaje subterráneo del "procés" oculto que parece estar desarrollándose por debajo del conocido para todos.

Y la negativa de Moncloa a dar a conocer el documento de Torra, le añade un ingrediente de sospecha indudable: ¿De verdad la Generalitat dedicó más tiempo a las foses comunes y el franquismo, como aparece glosado en los 21 puntos conocidos ya, que a detallar sus exigencias concretas al Gobierno de España?

El silencio oficial de éste dispara la duda. Y el programa del PSOE para el 28A tampoco la aclara: lo único seguro es que, sea para lo que sea, Sánchez solo podrá ser presidente con el respaldo del independentismo. Que nunca hace nada gratis.