Arrimadas y Cayetana fulminan en directo al jefazo de TV3 en su propia cara
Pocas veces se ha visto una imagen tan contundente, en directo y con el afectado presente. Las dos dirigentes miraron a los ojos al director de TV3 y le dijeron sus verdades.
En el centro, el director de TV3, con Arrimadas y Cayetana a los lados
¿Se imagina alguien que, en el debate de Atresmedia, Pablo Casado o Albert Rivera hubieran pedido allí mismo la dimisión de alguno de los moderadores? Pues exactamente eso, con todos los matices que se quiera, es lo que hicieron Inés Arrimadas y Cayetana Álvarez de Toledo en directo.
Y tiene explicación: el aludido, de cuerpo presente, era el director de TV3, el buque de guerra mediático del separatismo, al que sirve con lealtad pese a la imparcialidad que debe guardar un ente público.
Vicente Sanchís, un combativo periodista que ha agudizado la proverbial condición de la tele catalana como altavoz del independentismo, tuvo que escuchar en vivo las contundentes palabras de las candidatas de Cs y PP, dos de las políticas a las que menos les tiemblan las piernas.
"TV3 es una maquinaria separatista. Usted no solo está procesado por poner este canal al servicio del independentismo, sino que está reprobado por el Parlament", soltó sin pestañear Arrimadas en el debate electoral de la noche del miércoles.
"El Parlament le ha dicho que se vaya pero sigue cobrando 110.000 euros como un conseller. El conseller de propaganda, un comisario político. Le he redactado su carta de dimisión (...), es una vergüenza que todos los que nos ven hoy tengan que pagarle", le remató la líder naranja.
Rufián le defiende
Y con similar contundencia le trató Cayetana, también sin temblar. En TV3, dijo para empezar, "se maltrata y humilla a la mitad de los catalanes". Y luego, mirándole a un Sanchís que solo fue defendido por Gabriel Rufián y Laura Borrás, le espetó.
"Una anomalía es usted, que es moderador y está procesado por desobediencia en una operación de asalto a la legalidad constitucional". El KO fue absoluto, por mucho que ERC y PdeCat salieran al auxilio del comisario Sanchís, fulminado así en su propia casa.
