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El PP revienta: piden la dimisión de Maroto en su cara en un Comité durísimo

Las últimas 48 horas en el partido han sido de infarto. El secretario general y el director de campaña están en el ojo del huracán por la estrategia electoral y la imposición de candidatos.

Casado junto a los cuestionados García Egea y Maroto.

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La severísima derrota del domingo ha dejado al Partido Popular sumido en una situación de nerviosismo que este martes estalló en todo su apogeo en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PP, por más que 24 horas antes Pablo Casado había ido hablando en privado con todos los barones para serenar los ánimos.

Durante tres horas se escucharon a puerta cerrada en Génova 13 no solo reproches a Ciudadanos y Vox, que también, sino sobre todo a la estrategia de campaña y a las heridas innecesarias provocadas en los territorios por la imposición de candidatos.

En el epicentro de la tormenta hay dos nombres propios: Teodoro García Egea y Javier Maroto. Delante de todo el Comité, la presidenta del PP de Asturias, Mercedes Fernández, cargó duramente contra Maroto, vicesecretario de Organización y director de campaña, y le conminó a poner su cargo a disposición del partido o, directamente, a dimitir. Dos veces.

La presidenta del PP de Asturias pidió a Maroto que pusiera su cargo a disposición del Comité

Según las versiones de los presentes recabadas por ESdiario, aquello generó uno de los momentos más encendidos del debate. Y fue Sergio Ramos, senador electo por Canarias, el que salió al paso, defendió la labor de Maroto en campaña y le recriminó a Fernández que estaba siendo muy injusta.

Aunque Casado no dijo nada, su reacción habla por él: ha decidido no encomendar al vitoriano la campaña de las elecciones municipales, autonómicas y europeas, sino que su lugar lo ocuparán Cuca Gamarra e Isabel García Tejerina.

El enfado de la presidenta asturiana venía, no obstante, de atrás. Puesto que la dirección nacional decidió no solo no elegirla a ella como candidata al Principado, sino además colocarle a una mujer con la que prácticamente ni se habla, Teresa Mallada.

El profundo resentimiento que se respira estos días en el PP tiene mucho que ver con eso, con historias personales de quienes se han sentido maltratados por el tándem formado por García Egea y Maroto en la confección de las listas y ahora quieren que alguien asuma responsabilidades por la catástrofe. Y los damnificados son legión.

En el caso del secretario general, durante el Comité nadie se atrevió a pedirle cuentas. Pero en privado varios barones regionales sí han hecho saber a Casado su descontento con su lugarteniente, según ha podido saber este diario. E incluso alguno le ha pedido que se deshaga de él.

Los detractores de García Egea, que cada vez son más, critican de él su carácter autoritario, su falta de mano izquierda y sus escasos conocimientos de la estructura territorial del partido, clave para la movilización.

Se enfrentó a prácticamente todos los comités provinciales y regionales durante la confección de las listas, "para colocar a todos sus amigos", afirma un miembro del Comité con resentimiento. Que se lo pregunten a los presidentes del PP de Cantabria, o de Baleares, o de Castilla y León, o de la Comunidad Valenciana. O de Canarias.

El ensimismamiento de la dirección nacional, su falta de diálogo con los territorios, fue uno de los temas más recurrentes de la larga y durísima reunión. El presidente del PP de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, apostó, para el 26 de mayo, por recuperar la agenda social y sobre todo hablar con los presidentes provinciales y los alcaldes, que son los que mejor conocen el terreno electoral al que se enfrentan.

Su propuesta no cayó en saco roto, puesto que el presidente del PP ha decidido convocar la próxima semana a sus barones provinciales a una reunión para hablar del próximo reto electoral.

En 48 horas, Casado ha dado un volantazo tan drástico como improvisado

En realidad, Casado ha sido muy permeable a ésta y otras opiniones de sus dirigentes, hasta el punto de que en cuestión de 48 horas ha dado un volantazo a su estrategia de nueve meses para abrazar de nuevo el centro. Por más que en su rueda de prensa posterior él asegurara insistentemente que siempre ha estado ahí.

La práctica totalidad de sus presidentes regionales apostaron durante el Comité por volver al centro; a la "moderación", como señaló el del PP de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. Y la del PP de Navarra, Ana Beltrán, sugirió encargar un estudio a una empresa demoscópica para saber qué es lo que quieren y esperan los votantes del PP, dónde creen que deben situarse.

El del giro al centro no ha sido la única autoenmienda de Casado tras el correctivo sufrido en las urnas el domingo. Después de tres horas de terapia de grupo y reproches, el presidente del PP bajó a la sala de prensa y cargó de forma furibunda contra Vox, cuando hace cuatro días le ofreció a Santiago Abascal un sitio en su gobierno.

Y también cargó contra Ciudadanos, aunque cuentan que con Albert Rivera fue incluso más duro de puertas adentro. Casado no pensó que en esta campaña el objetivo a batir del presidente de Cs era él y no Pedro Sánchez. De hecho en el encuentro insinuó que había entre ambos una especie de pacto de no agresión que Rivera no respetó.

Tanto Abascal como Rivera están encantados con que Casado haya entrado en esta guerra suicida y mostrado su debilidad con este giro tan drástico como improvisado.

Nota: después de que ESdiario publicara la arremetida de Mercedes Fernández contra Javier Maroto en pleno Comité Ejecutivo, y de que éste fuera apartado de la dirección de la próxima campaña, Casado publicó bien entrada la noche este tuit respaldando a su número tres: