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Casado intenta librarse de Rivera arrojándole en los brazos de Sánchez

El líder del PP aprovecha su paso por La Moncloa para señalar que debería ser Ciudadanos el que garantizara la gobernabilidad de España tras el 26-M

Casado, en su rueda de prensa en La Moncloa tras su reunión con Sánchez.

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Pedro Sánchez le otorgó este lunes a Pablo Casado el título de líder de la oposición que le negó durante toda la campaña electoral al recibirle el primero dentro de la ronda de contactos que ha abierto el presidente.

Ronda polémica, en cualquier caso, puesto que según la Constitución debería ser el jefe del Estado el que iniciara las consultas tras las elecciones. Aunque desde el entorno del presidente en funciones niegan la mayor y sostienen que se trata de una toma de contacto.

En cualquier caso, Casado pisó este lunes La Moncloa por segunda vez, la primera en siete meses -desde agosto-, augurando el “gobierno más débil que vamos a tener en la historia de la democracia” y prometiendo una oposición “fuerte”.

Oposición que empezará por la votación de investidura, puesto que Casado oficializó que el PP bajo ningún concepto va a facilitar con su abstención un gobierno de Pedro Sánchez.

Esa tarea se la deja el presidente del PP a Albert Rivera. Casado aprovechó su paso por La Moncloa para señalar -no sin antes varios rodeos- que debería ser Ciudadanos el que garantizara la gobernabilidad del país para que ésta no dependa de los independentistas.

Puesto que, como recordó el líder de los populares, Sánchez y Rivera ya pactaron en 2016, en aquella investidura fallida a la que se presentó el socialista tras las elecciones generales de diciembre de 2015.

Su jugada ha de entenderse en clave interna dentro del bloque de centro derechad. Casado quiere deshacerse de Rivera, que está disputándole el liderazgo de la oposición y que confía en darle el sorpasso definitivo en las elecciones del 26 de mayo. Algo que, por cierto, el líder popular negó que vaya a pasar.

Por lo demás, fue una reunión de hora y media según Casado cordial, en la que no entraron en pactos de Estado futuro por “respeto al Rey” y a la ronda de consultas que éste tiene pendiente.

No obstante Cataluña ocupó una parte importante de la conversación, después de que el PP hiciera de la aplicación del 155 por segunda vez uno de los ejes de su campaña.

Acordaron seguir en contacto y Casado agradeció que Sánchez haya roto, por fin, el “cordón sanitario“ que le tenía puesto. Fuentes del entorno de Sánchez hablan, en este sentido, de “normalización”. “Todo camino comienza con un primer paso”.