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Rajoy evoca emocionado cómo Rubalcaba se la jugó por el Rey Juan Carlos

El expresidente del Gobierno dedica un elogioso artículo al socialista con el que más veces se enfrentó, y a quien define como un "rival temible: brillante y afilado como un bisturí".

Rajoy encontró en Rubalcaba a un gran aliado durante el proceso de sucesión en la Corona.

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Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy se enfrentaron tantas y tan variadas veces que uno y otro perdieron la cuenta. Pero siempre tuvieron una buena relación personal, especialmente en los últimos meses de la carrera política del socialista.

Ahora el expresidente del Gobierno ha querido despedirse de él en un artículo cuyo título ya es, en sí, un homenaje: Un rival admirable.

En él, Rajoy colma de elogios al exsecretario general del PSOE, que como él fue ministro de Educación, Interior y Presidencia, vicepresidente y portavoz del Gobierno.

"Inteligente, hábil negociador e implacable dialéctico, era un rival temible: brillante y afilado como un bisturí, pero sincero a la hora de negociar y todo lo leal que se puede ser entre contrincantes políticos", sostiene Rajoy.

"Alfredo Pérez Rubalcaba -añade- respondía a un modelo de político ahora en desuso: ni vivía obsesionado por la imagen, ni se perdía por un regate cortoplacista. Sabía mirar más allá del próximo cuarto de hora y contaba con un discurso sólido que merecía ser escuchado porque destacaba por encima de consignas publicitarias y eslóganes ramplones".

El expresidente del Gobierno rememora el último servicio de Rubalcaba a España, su papel crucial para que la abdicación de Juan Carlos I y la entronización de Felipe VI fuesen un éxito. Entonces Rajoy era el jefe del Ejecutivo y Rubalcaba, el de la oposición. De hecho, retrasó su marcha como secretario general del PSOE para no perjudicar a la Corona.

Bajo la dirección de este último, el grupo parlamentario socialista votó a favor de la ley de abdicación, con cierta marejada interna y la ruptura de la disciplina de voto por parte de tres de sus diputados. Entre ellos, Odón Elorza. La intervención de Rubalcaba en aquel pleno histórico acabó con la bancada del PP aplaudiéndole. Algo insólito.

"Su última e importante aportación a la democracia española fue su contribución al feliz resultado del proceso de abdicación del rey Juan Carlos y la proclamación de D. Felipe. Aquellas semanas, casi las últimas de su trayectoria política, pudimos disfrutar del mejor Rubalcaba, inteligente, discreto y prudente, sabedor de la enorme importancia del asunto que estaba en juego y comprometido con su éxito", escribe Rajoy.

Por aquel entonces, popular y socialista compartieron muchas conversaciones, siempre desde la discreción que obligaba el momento clave en la historia reciente de España.

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