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El ex del PP que salió por la puerta de atrás se venga y "dispara" contra todos

Santiago Cervera, expresidente del PP de Navarra y eterno "ministrable" con Rajoy pasa la factura que tenía pendiente con su partido, tras su sorprendente salida.

Rajoy junto a Santiago Cervera, expresidente del PP de Navarra.

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Santiago Cervera llegó a ser todo un barón del PP, aupado en su día por Mariano Rajoy a la presidencia del partido en Navarra. Y fue un eterno ministrable, un fijo en las quinielas de los gobiernos del expresidente, siempre flotando su nombre para ocupar el Ministerio de Sanidad, dada su profesión de médico y su pasado como consejero de Salud de la Comunidad Foral.

De hecho, Cervera llegó a ocupar un cargo de lustre en el Congreso, como miembro de su Mesa. Sin embargo, un oscuro incidente -fue detenido por la Guardia Civil cuando recogía un sobre con información sensible sobre Caja Navarra de una garganta profunda- acabó con su defenestración y su retirada de la política.

Pero como dicen que la venganza es un plato que se sirve frío, Cervera ha roto su silencio en el momento más delicado para su antiguo partido. Y se ha soltado la lengua contra todos, Rajoy, Soraya, Cospedal, Montoro, Maroto...

En una tribuna abierta en el diario Deia, Cervera evoca el pasado reciente del PP. "Resuenan las palabras de Mariano allá por 2008... 'Quiero estar donde estamos, en el PP Europeo teniendo como socios a Merkel y Sarkozy, y si alguien se quiere ir al partido liberal o conservador, que se vaya'. "Y en efecto -ironiza el ex del PP- unos cuantos liberales se han ido a Ciudadanos y unos cuantos conservadores han optado por Vox".

Pero Cervera no deja títere con cabeza. Y busca culpables a la actual situación. "La prueba elocuente fue haber confiado la recaudación a un desequilibrado como Montoro". "Junto a eso, ese sórdido espectáculo de Soraya y Cospedal peleando diariamente en en barro", prosigue.

"Ejemplo significado es el de Maroto en este panorama en declive total. Le dieron unos minutillos en televisión... ", añade.

Y concluye con este diagnóstico demoledor. "El drama del PP no se resuelve ni con su refundación ideológica ni con la selección de su mejor jefe. Es bastante más grave, como demuestra el hecho de que sus causantes no sólo han huido cómodamente del desastre, sino que lo que dejaron atrás les importa bastante poco".

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